Se trata de Sonia Rebeca Soloaga (35), quien cumple prisión preventiva y será juzgada ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de la Capital Federal como presunta autora del doble asesinato de Alberto Antonio Chirico (71) y su esposa, María Delia Speranza (63),cometido el 11 de junio de 2019 en su casa de la calle Eugenio Garzón 3581.
El juicio -que aún no tiene fijada una fecha- tendrá como segundo imputado al por entonces novio de Soloaga,el también policía porteño Diego Alberto Pachilla (36), quien está excarcelado e imputado por «encubrimiento doblemente agravado».
Ambos acusados eran pareja en el momento del hecho y trabajaban en la Comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, fuerza de la que fueron separados ni bien los detuvieron. Soloaga será juzgada por «robo agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causa, reiterado en dos oportunidades, cometidos mediante armas de fuego y alevosía, y falsa denuncia», delitos que prevén la pena de prisión perpetua.
El macabro doble crimen
En su requerimiento de elevación a juicio, la fiscal que investigó el caso, Estela Andrades, dio por probado que el hecho ocurrió el 11 de junio de 2019, entre las 12 y las 14.30, ocasión en la que Soloaga entró a la casa de la calle Garzón «aprovechando la relación que había logrado forjar» con el matrimonio.Es que ese domicilio era cercano a la parada donde, por meses, la policía prestó sus servicios de calle, y Chiricole permitía a la oficial el uso del baño y solía darle café y comidas.
Andrades sostuvo que Soloaga «pergeñó un plan para así ingresar a la vivienda y apoderarse de dinero en efectivo -entre 70.000 y 80.000 dólares en moneda extranjera y pesos-, perteneciente a los nombrados Speranza y Chirico, ejerciendo violencia sobre aquellos y mediante la utilización de un arma de fuego, luego de lo cual dio muerte a los nombrados con alevosía y a fin de asegurar su impunidad».
Torturados a culatazos
La fiscal afirmó que las víctimas«fueron golpeadas fuertemente en sus cabezas (a culatazos), lo que le permitió obtener el dinero en cuestión, que se hallaba escondido en diferentes sectores de la casa»,entre ellos»una caja de leche marca ’Verónica’, una caja de ’Maicena’ ubicada en la alacena, un caño plástico con dos tapitas y una caja de zapatillas.