El viernes 19, el padre de Candela Altamirano, le propuso a Juan Manuel Saborido, encargado de los izamientos semanales, la posibilidad de que su hija prometiera la bandera. En el intercambio de palabras, mezcla de sorpresa, orgullo y honor, repasaron la significancia para los alumnos de cuarto grado que conlleva este acontecimiento.
Intensos momentos se vivieron este sábado al mediodía en una plaza centríca de la ciudad portuaria. Un año cumple una bandera donada por ex soldados clase 1970, y una promesa que irrumpe casi de manera espontánea en tiempos de COVID-19.
Hace años, la ciudad portuaria santacruceña tiene por costumbre efectuar los izamientos dominicales, y en especial los considerados “días patrios”.
Hoy exactamente hace un año, 46 ex soldados del Regimiento de Caballería de Tanques 9 se reencontraron luego de 30 años para renovar su juramento ante la celeste y blanca que Belgrano nos legó. Lo hicieron ante autoridades y la comunidad en la Escuela Provincial Nº 87 “Soldados de Malvinas”.
Para la histórica ocasión, invitaron a su antiguo jefe de unidad, Alberto Américo Lucchesi quien no quiso tomarles juramento, sino que eligió jurar junto a sus soldados. Para para dar testimonio y sellar este acto, fue convocado el VGM Oscar Ismael Poltronieri, considerado uno de los diez soldados más sobresalientes de la historia mundial conocida.
Este acontecimiento mereció la cobertura de varios medios de la región, llegando también a publicarse a través del Ministerio de Defensa de la Nación.
Donación de la Bandera a la ciudad
Como muestra de agradecimiento, los soldados clase 1970 donaron a la ciudad una bandera de izar, con la que domingo a domingo a las 12 del mediodía se eleva en el mástil de la plaza Exequiel Ramos Mejía.
Una propuesta que no se hizo esperar
El viernes 19, el padre de Candela Altamirano, le propuso a Juan Manuel Saborido, encargado de los izamientos semanales, la posibilidad de que su hija prometiera la bandera. En el intercambio de palabras, mezcla de sorpresa, orgullo y honor, repasaron la significancia para los alumnos de cuarto grado de todos los tiempos por el significado personal y grupal que conlleva este acontecimiento.
Coordinaron los aspectos referentes a las medidas de protección y de mantenerlo en la intimidad familiar, y así fue.
Prometer la bandera, en tiempos de pandemia
Con la presencia de medios locales, sin protocolo más que la solemnidad de tan preciado momento, se le leyó la fórmula escolar de promesa a la bandera y Candela prometió amarla y defenderla por el resto de su vida. Luego besó el paño de la insignia nacional y en compañía de sus padres izaron la bandera al son de “Aurora” ante la presencia de unos pocos vecinos congregados, quienes no salían de su asombro por este singular episodio. Luego, se sintió un fuerte “Viva la Patria”, respondiendo un emocionado “Viva” de los presentes.
“Estoy muy contenta emocionada, nunca pensé que iba a suceder así”, dijo Candela, la alumna de cuarto grado del Instituto María Auxiliadora que jamás podrá olvidarse de este Día Nacional de la Bandera.
Respeto ante el Coronavirus
Sin ánimo de romper las reglas establecidas por la nación, provincia y municipio, lo acontecido no debe tomarse como algo displicente ante la vida. Muy por el contrario, no se efectuaron convocatorias para no generar la afluencia de un mayor número de personas en forma innecesaria y se guardó el máximo distanciamiento.
Recordemos que Puerto Deseado se sitúa al noreste de la provincia de Santa Cruz, es una ciudad de poco más de 20 mil habitantes con múltiples atractivos turísticos e históricos.