Estados Unidos alcanzó este viernes la cifra de 3.173.446 casos confirmados de la COVID-19 y la de 133.969 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 65.305 contagios más que el jueves y de 863 nuevas muertes.
La cifra de nuevos contagios marcó un nuevo récord al superar por cuarta vez en pocos días los 60.000 arrastrada por los brotes en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California, Arizona y Georgia.
Nueva York, sin embargo, se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia con 400.299 casos confirmados y 32.307 fallecidos, solo superado por Brasil, el Reino Unido, Italia y México.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.267 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 15.479 muertos, Massachusetts con 8.296 e Illinois con 7.345.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.880, California con 6.862, Michigan con 6.285 o Connecticut, con 4.348.
En cuanto a contagios, California es el segundo estado solo por detrás de Nueva York con 304.707, Florida el tercero con 244.151 y Texas el cuarto con 243.285.
El balance provisional de fallecidos -133.969- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 185.000 muertos.