Considerados como “el mejor amigo del hombre”, ante semejante pandemia no es de extrañar que hagan su aporte. Detectan explosivos, estupefacientes o pérdidas de gas, porque la capacidad olfativa de los perros es muy sensible y efectiva. Por eso, ahora desde la UBA investigan si pueden colaborar en la detección del COVID-19.
“Los cambios que se producen en los compuestos orgánicos volátiles que emite el cuerpo humano al contraer una enfermedad son aislados a partir de muestras de sangre, piel, sudor y orina para ser utilizados en el adiestramiento de los perros detectores”, explicaron desde la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (FCV-UBA) en un escrito enviado a Télam.
La Escuela de Medicina Veterinaria de Alfort (Francia), bajo el programa Nosaïs, comenzó una investigación que dio un resultado altamente efectivo en la identificación de las muestras con coronavirus. La estadística indica una efectividad del 86 al 100 por ciento, según el ejemplar canino.
“Nuestro objetivo es incorporarnos al proyecto, adaptarlo a las necesidades locales y sumar evidencia científica sobre la capacidad de los perros para detectar personas afectadas por el COVID-19”, explica Paula Carancci, secretaria de Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.
En la Argentina, el programa se encuentra en etapa de diseño y planificación para iniciar las prácticas con perros. Está coordinado por la Secretaría de Extensión y la Dirección de la Especialización en Bienestar Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.
“Para la investigación, los profesionales utilizarán animales ya entrenados en la detección de explosivos, ya que estos perros fueron adiestrados para señalar un olor compatible con esta tarea”, detalla la veterinaria.
El entrenamiento se realizará a partir de un aprendizaje asociativo que se activa al reconocer un olor. Cada vez que eso suceda, le dará al perro un acceso a su juguete o alimento preferido como premio.
El proceso de detección
Al encontrar el lugar con la muestra positiva, el perro lo indicará con una conducta específica, Puede ser sentándose y dirigiendo su mirada hacia ese dispositivo, por ejemplo. Luego recibirá la recompensa por la marcación, y después deberá discriminar entre muestras de pacientes positivos y negativos, marcando los primeros e ignorando a los segundos.
“Los canes y las personas involucrados en el entrenamiento no estarán expuestos a riesgo alguno porque las muestras serán tomadas por personal de salud. Al ser de sudor, no se encuentra el agente viral”, describe Carancci.
Fuente: Télam