Asesoras en bioética aconsejan justicia y equidad en la distribución de la vacuna. Miembros del Comité de Ética y Derechos Humanos (Cedhcovid19) que asesora al Ministerio de Salud aseguraron a Télam que cuando alguna de las vacunas contra el coronavirus salga al mercado, su distribución debería regirse equitativamente, evitando discriminar y considerando en primer lugar a aquellos que más la necesitan.
El Cedhcovid19 -creado por la resolución 1117/2020 del 26 de junio para asesorar «sobre las implicancias éticas de la pandemia de Covid-19 en la salud pública»- entregó la semana pasada a la cartera de salud un documento titulado «Ética en la asignación de recursos limitados en cuidados críticos por situación de pandemia».
Dos miembros de ese Comité, María Luisa Pfeiffer y Florencia Luna, conversaron con Télam sobre consideraciones éticas que la pandemia puso sobre la mesa y la próxima llegada de la vacuna.
“Normalmente los ministerios no convocan eticistas, mucho menos bioeticistas para asesorarlos; la visión sobre la salud suele ser muy técnica, reducida a la cuestión médica y farmacológica, por ello es loable que este ministerio lo haya hecho y que en el comité haya una gran mayoría de bioeticistas de trayectoria e incluso de corrientes diferentes para la lectura de ciertos problemas”, dijo de entrada Pfeiffer, investigadora del Conicet en el Programa de Bioética del Hospital de Clínicas.
Por su parte, Luna, investigadora principal del Conicet y directora del programa de bioética de Flacso, valoró que «con el desconocimiento que implica este virus que se da con tanta virulencia a nivel global, que plantea muchísimos dilemas éticos y muchísimos problemas, el ministerio juzgó conveniente tener un Comité que lo ayudara a pensar este tipo de problemas y ver cómo resolverlos; y esto es positivo”.
El ministerio juzgó conveniente tener un Comité que lo ayudara a pensar este tipo de problemas y ver cómo resolverlos y esto es positivo”
Cómo distribuir la vacuna
Ante el reciente anuncio del presidente Alberto Fernández de la producción en la Argentina de la sustancia activa de la vacuna de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, con la consiguiente expectativa que generó poder contar con ella en un futuro no tan lejano, Télam preguntó a las bioeticistas si debería regir algún criterio ético para su distribución.
«Lo mejor de la ética es que no cambia bajo ninguna circunstancia y si decimos respeto a la dignidad del otro y respeto al otro como igual, justicia es decir igualdad en la distribución de bienes como los de la salud, y también lo es para la distribución de la medicación para una enfermedad o el cuidado a un enfermo, y por supuesto un medio para evitar el contagio” dijo Pfeiffer.
Luna contó que participó de un grupo internacional que planteó esta cuestión y dijo que «concluyeron en considerar primero a los países que están peores y hacerlo beneficiando a aquellas personas que más lo necesitan”. bioética
Al respecto, Pfeiffer precisó que “una de las diferencias frente a una vacuna que va a evitar la enfermedad, que permite pensar respuestas equitativas, es quién puede contagiarse más fácilmente”.
En este punto, la especialista señaló que “hay poblaciones más vulnerables al contagio, algunas naturalmente como los que padecen otras patologías o los ancianos, otras por su situación de mayor exposición como los miembros de los equipos de salud, otras por su menor capacidad de resistencia al contagio como los indigentes, los que carecen de agua, comida suficiente o vivienda digna”.
“Frente a la vacuna, aparece nuevamente el problema del recurso escaso utilizado muchas veces como razón de desigualdades, que no es lo mismo que razón de equidad, y también como argumento para mayor ganancia en el mercado», añadió la integrante del Programa de Bioética del Clínicas.
María Luisa Pfeiffer
Sobre este punto, Luna indicó que este tema “es muy complejo y muy difícil de lograr; vamos a tener que ver empíricamente cómo hacer la mejor distribución posible».
«Ética y bioética van de la mano de las cuestiones prácticas. No podemos, decir lo qué querríamos si esto no es factible», apuntó.
Consultadas sobre uno de los temas más álgidos que plantea el documento, respecto a la asignación de los recursos escasos a quienes tengan mayor posibilidad clínica de beneficiarse por recibirlos, ambas especialistas coincidieron en que se trata de “uno de los grandes dilemas más difíciles y más terribles para resolver”.
“Este documento pone la dignidad de cada vida humana y su derecho a la salud como fundamento de toda acción. Cumpliendo con este principio básico será posible observar la justicia y por consiguiente respetar la igualdad en todos los casos”, sostuvo Pfeiffer.
Y agregó que «si esto obliga a tomar en cuenta la justicia, será necesario antes de decidir la asignación de recursos escasos, evitar la escasez de recursos y prever todas las circunstancias en que la situación pueda llegar a ese punto»