Finalmente, Pablo Musse pudo llegar a Córdoba y darle el último adiós a su hija Solange, a quién no pudo ver antes de que muriera debido a que la Policía le impidió el paso a la provincia cuando viajaba desde Neuquén. El hombre dijo que le hubiese gustado abrazarla «con vida, no en un cajón» y señaló que evaluará, junto a su abogado, una demanda al Gobierno cordobés.
«La gente hasta el último suspiro tiene sus derechos», remarcó el hombre sobre el pedido público que hizo su hija de 35 años antes de morir en la capital cordobesa. Ella escribió una carta donde pidió solicitó abrazar a su padre a sabiendas de que estaba por morir.
El abogado del padre, Martín Diego Barbará, informó que en la presentación realizada se calificó como ilegal y arbitraria la decisión de las autoridades de Córdoba al no permitirle el ingreso al hombre que reside en Plottier. En el escrito, el abogado plantea «que hacemos reserva por los daños y perjuicios ocasionados por tal conducta».
En declaraciones a La Voz del Interior, Barbará dijo que estudiará con el padre y la familia una demanda ante la Justicia contra el gobierno provincial. Por su parte, Musse dijo: «calculo que si, lo tengo que hablar con mi abogado. Pero no va a queda así».
Pablo Musse recordó que «no me lo voy a olvidar las dos cosas que me dijo: eso y las bendiciones que me dio la noche antes de partir». Y agregó que «para nosotros es tarde, pero para que sirva para otros».