Nature Astronomy publicó hoy dos estudios firmados por científicos estadounidenses, uno de los cuales señala la inequívoca detección de agua molecular (H20) en la Luna y el otro sugiere que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de su superficie tiene la capacidad de retener agua en las llamadas trampas frías.
La Luna contiene más agua de lo que creía y que se encuentra atrapada en forma de hielo en una multitud de microcráteres, revelaron hoy dos estudios internacionales publicados en Nature Astronomy.
El primero de los trabajos reveló la existencia de una multitud de microcráteres que contienen en el fondo agua helada, a los que se los llama «trampas frías».
«Imagínese en la Luna, cerca de uno de sus polos: vería una miríada de pequeñas sombras que salpican la superficie; la mayoría de ellas son más pequeñas que una moneda. Cada una sería extremadamente fría, lo suficiente como para albergar hielo», describió Paul Hayne, del departamento de astrofísica de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, según informó la agencia AFP.
Su equipo usó datos de dos instrumentos del orbitador de reconocimiento lunar de la NASA, LRO, combinando estas medidas con modelos 3D consiguieron reproducir el tamaño y la distribución de las sombras, a escalas inferiores a un milímetro.
Según explicaron, habría la misma temperatura en estos pequeños cráteres que en los grandes, que es de unos -160 °C.
«Hay decenas de miles de millones de estos pequeños cráteres, mientras que los más grandes son unos cientos«, detalló Hayne.
Nuestro observatorio @SOFIATelescope ha detectado por primera vez agua en el lado de la Luna iluminado por el Sol. Esto indica que el agua podría estar distribuida por toda la superficie lunar, no solo en lugares fríos y en la sombra.
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De este modo, la superficie total de agua en la Luna abarcaría 40.000 km2, de los cuales el 60% están en el polo Sur, «lo que sugiere que el agua está más extendida en la Luna de lo que se creía», explicó el investigador
Otro estudio, también publicado en Nature Astronomy, aportó la prueba química de que se trata de agua molecular.
El telescopio aerotransportado del Observatorio estratosférico para astronomía infrarroja (Sofia) proporcionó nuevos datos gracias a la observación de la Luna en una longitud de onda más precisa que antes, ya que se hizo con 6 micrones en vez de 3.
Por primera vez, los investigadores pudieron diferenciar la molécula H2O (la fórmula química del agua) de otro compuesto químico (hidroxilo, OH) con el que aparece mezclada.
Esa agua probablemente vino de la caída de asteroides que chocaron contra la Luna hace miles de millones de años, por lo que las moléculas de agua expulsadas durante la caída de estos cuerpos habrían caído al fondo de estos cráteres, donde quedaron «atrapadas para siempre» por el frío, explicó Francis Rocard, especialista en sistema solar del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES).
Si se logra desarrollar técnicas de extracción, esto representaría un recurso potencial para futuras misiones espaciales, indicaron.
«Se podría despegar de la Tierra, hacer una parada en la ‘estación de servicio’ que será la Lunar Gateway, desde donde se enviarían sondas a la superficie lunar para recoger agua y, así, abastecer a la tripulación que realiza el viaje a Marte», aseguró Rocar.
«Esto abarataría el costo del programa, porque es más barato que llevar agua desde la Tierra», explicó el astrofísico francés, haciendo hincapié en que el viaje a Marte dura seis meses.