El presidente Donald Trump fue llevado al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed el viernes por la noche, menos de 24 horas después de que se conociera la noticia de su diagnóstico por covid-19, lo que sumió al país en una crisis cada vez más profunda, ya que el círculo de asistentes actuales y anteriores del presidente dio positivo y se expandió rápidamente.
La madrugada del sábado, la ex-asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway y el director de campaña del presidente Bill Stepien habían dado positivo, tras los diagnósticos positivos de dos senadores estadounidenses que asistieron al anuncio de designación de Trump a la Corte Suprema el fin de semana pasado, y la asistente principal de Trump, Hope Hicks, el jueves. Un tercer senador republicano de Estados Unidos, que no asistió al evento de postulación, anunció un diagnóstico positivo el sábado por la mañana.
Fue una escalada notablemente rápida de la amenaza del virus, que el presidente ha minimizado durante mucho tiempo, desde una infección que le causó síntomas leves hasta fiebre y luego ser trasladado en avión al hospital, todo mientras se propaga rápidamente por el gabinete y su campaña.
Poco antes de la medianoche, el médico del presidente, el comandante de la Marina. El Dr. Sean Conley finalmente dio una actualización sobre la condición del presidente, diciendo en un memorando que el presidente está «muy bien» y que no ha requerido oxígeno suplementario, pero que los médicos comenzaron con el medicamento antiviral remdesivir, que se ha demostrado acorta tiempo de recuperación para algunos pacientes con coronavirus.
Conley agregó que había recomendado el traslado del presidente de la Casa Blanca a Walter Reed el viernes temprano en consulta con especialistas tanto de Walter Reed como de la Universidad Johns Hopkins.
Casi al mismo tiempo, Trump tuiteó: «¡Voy bien, creo! Gracias a todos. ¡¡¡AMOR!!!»
El diagnóstico de Trump, seguido de su traslado a Walter Reed, donde la Casa Blanca dijo que planea quedarse y trabajar durante «los próximos días», presentó la amenaza para la salud más grave conocida para la presidencia de Estados Unidos desde que el expresidente Ronald Reagan recibió un disparo no fatal en 1981.
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La decisión de llevar a Trump al hospital marcó un giro brusco con respecto a la declaración que hizo Conley el viernes temprano cuando confirmó por primera vez el diagnóstico de covid-19 de Trump y la primera dama Melania Trump, y dijo que la pareja permanecería en la Casa Blanca durante su convalecencia.
Con traje y máscara, Trump, que tiene 74 años, saludó discretamente a la prensa, pero no respondió preguntas mientras caminaba sin ayuda por el jardín sur de la Casa Blanca hasta el Marine One, el helicóptero que lo llevó al hospital. Se fue a Walter Reed después de recibir una dosis del tratamiento médico experimental hecho por Regeneron –que puede haber señalado un creciente nivel de preocupación entre sus médicos–, dijo a CNN el viernes el Dr. Jonathan Reiner, analista médico de CNN y profesor de la Universidad George Washington.