La Organización Mundial de la Salud (OMS), Estados Unidos, Reino Unido e Italia acapararon este lunes la mayor atención en torno de la pandemia de coronavirus que, pese a lógicas situaciones de tirantez política y abatimiento social, logró potenciar la esperanza de una no muy lejana cura mediante la eficacia que están mostrando las pruebas de varias vacunas.
Si bien el horizonte ya se percibe más alentador, la OMS advirtió que «los más pobres del planeta no deben ser pisoteados por los más ricos en la estampida» por conseguir el tan anhelado antídoto.
De todos modos, insistió en que el mundo debe asegurar que serán distribuidas en todas partes «de manera justa» al vislumbrar la existencia de «riesgo real de que los más pobres y vulnerables» sean una vez más marginados.
Para evitar que los países más ricos compren todas las dosis de las vacunas, que en los primeros meses estarán disponibles en cantidades limitadas, la OMS puso en marcha un mecanismo llamado ACT-Accelerator, que debe permitir distribuir de manera justa los inmunizantes y otros posibles tratamientos.
«Para ello se necesitan 4.300 millones de dólares inmediatamente», avisó Tedros, quien pronosticó que el año que viene se necesitarán 23.800 millones más.
La asociación británica AstraZeneca/Oxford publicó este lunes resultados preliminares de su vacuna, que está en fase 3 de ensayos en humanos y mostró una eficacia comprendida entre un 70% y un 90%, en función de la manera en la que sea administrada.
Antes, la unión estadounidense-alemana Pfizer/BioNTech y la norteamericanca Moderna, anunciaron que sus vacunas tienen una eficacia del 95%, igualmente según ensayos preliminares.
La ventaja de la vacuna AstraZeneca/Oxford es que se conserva a temperaturas de solo unos grados, mientras que las otras dos necesitan mantenerse a temperaturas muy bajas.
Rusia y China también están realizando ensayos con cada una de las vacunas desarrolladas nacionalmente.
Los dirigentes de la cumbre G20 realizada en Arabia Saudita prometieron el domingo «no retroceder ante ningún esfuerzo» para garantizar un acceso igualitario a las inyecciones, una voluntad que puso en duda la canciller alemana, Angela Merkel, «preocupada» por la lentitud en los avances en la materia.
Rusia y China también están realizando ensayos con cada una de las vacunas desarrolladas nacionalmente.
Rusia y China también están realizando ensayos con cada una de las vacunas desarrolladas nacionalmente.
En paralelo, la OMS pidió tanto a los Gobiernos como a los ciudadanos ser responsables a la hora de permitir o asistir a reuniones familiares de cara a las festividades de Navidad y Año Nuevo.
El próximo jueves 26 será un día crucial en Estados Unidos para determinar el comportamiento de la población más afectada por el patógeno, ya que se celebrará el emblemático Día de Acción de Gracias, que suele convocar reuniones masivas, familiares y de todo tipo.
Pese al llamado de las autoridades a quedarse en casa, muchos estadounidenses atestaron aeropuertos y se hicieron masivos testeos, a riesgo de agravar el dramático cuadro que azota a la primera potencia mundial sin miras por ahora de detenerse.
Los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) llamaron por primera vez a los norteamericanos a no viajar para esta gran fiesta, mientras el país registra el mayor índice de muertes con más de 256.000 decesos y desde hace varios días suman a diario 150.000 nuevos casos.
Entretanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este lunes su plan para desmantelar el segundo confinamiento, cuyo epílogo esta previsto para el 2 de diciembre, pero al mismo tiempo anunció otra batería de restricciones regionales y un programa masivo de testeos en otro intento para frenar la expansión del desconcertante virus.
Los estadios de futbol podrán volver a recibir hasta un máximo de 4.000 espectadores y pubs, bares y restaurantes tendrán una hora más de actividad, hasta las 23.
Todo esto tiene como objetivo primordial permitir que durante unos días en torno a las navidades y al Año Nuevo las restricciones puedan relajarse para que las familias se vean, aunque con prudencia.
Las cuatro naciones que forman el país -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- buscan coordinar sus políticas para que las familias puedan viajar en ese periodo festivo.
El desconfinamiento irá además acompañado de un programa de detección rápida y masiva de la población en las zonas de alerta «muy alta», siguiendo el ejemplo de un experimento llevado a cabo en Liverpool, en el noroeste de Inglaterra.