Como si fuera una comedia de bajo presupuesto, el Ministerio de Seguridad a cargo de Massoni, despilfarró pilas de dinero de las arcas provinciales en tecnología para seguridad informática, en la utilización supuestamente “Ad honorem” de agentes de las brigadas policiales, en la implementación de cámaras de seguridad y en la creación de cantidades ridículas de unidades especiales; pero a pesar de todo eso, no pueden conseguir información para investigar los hechos, sin mencionar que el delito los está superando con creces y no han podido hacer nada consistente para la seguridad de la provincia con ya casi dos años de existencia del Ministerio de Seguridad de Chubut.
Este martes en virtud del homicidio de un joven que recibió un tiro en la cabeza en el barrio Los Aromos, ocurrido a pocas horas de la madrugada, el jefe de Policía Miguel Gómez brindó una entrevista al diario massonista “Jornada”, propiedad de Héctor González; quién se cree que sería el dueño de la reserva natural de Marihuana encontrada en su casa el año pasado.
En esa entrevista, el jefe de Policía dijo algo que llamó poderosamente la atención: “Hay una investigación seria fundada en versiones parciales porque los TESTIMONIOS QUE UNO PUEDE LOGRAR EN ESA BARRIADA SON MUY ACOTADOS”.
Esas declaraciones del titular de la policía de la provincia las consideramos francamente inaceptables, porque representan una subestimación total y un insulto a la inteligencia del ciudadano chubutense.
Queremos creer que la creación de unidades estatales como por ejemplo la Dirección General de Inteligencia Criminal o la Dirección General de Prevención del Delito ha sido lanzar plata hacia el abismo, pues lo único que pueden lograr las “tropas infiltradas” de Massoni es encontrar a delincuentes de poca monta, y a veces ni eso.
Toda la inversión estatal que se hizo para cumplir los caprichos del ministro de seguridad, cuyo nivel es semejante al gasto de una provincia que se puso al hombro la lucha contra el terrorismo, fue lisa y llanamente en vano; porque todos esos recursos parecieran estar siendo utilizados para atrapar a duras penas delincuentes que roban en un kiosco.
Sin embargo, brindarle seguridad a los vecinos de un barrio que se sienten aterrados por la presencia de peligrosísimos grupos criminales que no tienen miramiento alguno en quitar vidas, es una tarea que le queda grande al equipo de Federico Massoni; porque recordemos que un conjunto de delincuentes que tiene la frialdad suficiente para asesinar a un rival de un tiro en la cabeza, no es gente que le daría una tibia “bienvenida” al ministro en caso de que a éste se le ocurra irrumpir en el barrio de los asesinos como suele hacerlo en INTA.
La respuesta de la policía al crimen del joven nos lleva a reflexionar: ¿Será por eso que el ministro no quiere perseguir a las grandes mafias criminales, como el narcotráfico? ¿Por miedo? ¿O por amistades?
Hasta donde sabemos, Puerto Madryn por ejemplo, sigue siendo una ciudad donde reina la trata de personas y el narcotráfico a escalas internacionales, sin embargo Massoni no ha realizado colaboración alguna con las fuerzas federales en la persecución de ese tipo de delitos, solo se mantuvo constante en la búsqueda de los simples “narcomenudistas” o “transas”.
Massoni, ahora que se dio cuenta de cuál va a ser la triste realidad de la provincia de Chubut en cuanto a seguridad“arrugó”.
Ahora está tirándole todas las fichas a lo que es la seguridad vial como si esa fuera la contingencia más preocupante de nuestra provincia.
Sin embargo, para perseguir periodistas opositores, realizar operaciones políticas en contra de sus detractores, demandar remeras con su rostro y ordenar a su grupo de muchachosa realizar pintadas para su candidatura política y escrachar a diputados que están en contra de la megaminería; no parecieran ser tareas dificultosas para Massoni.
Mientras tanto, el ministro de Seguridad sigue despilfarrando dinero del estado y al mismo tiempo, el ministro de Gobierno y Justicia José Grazzini les pide “paciencia” a los empleados de la administración pública con respecto al cobro de los sueldos, cuando todavía les siguen debiendo tres meses de pago y los trabajadores están percibiendo el aguinaldo en cuotas.