Claypole comenzó poniéndose en ventaja y el Xeneize lo empató a través de Sebastián Villa en el primer tiempo. En la segunda parte, Gonzalo Maroni selló el 2 a 1 definitivo, que le permite al equipo de Russo pasar a la siguiente ronda del certamen.
Boca Juniors se clasificó esta noche a los 16avos. de final de la Copa Argentina tras vencer por 2 a 1 a Claypole, el flamante campeón de la Primera D que hizo historia pese a perder, ya que lo dominó ampliamente durante la primera media hora, cuando ganaba y desnudaba todas las falencias del conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo, que no dispuso de todos sus titulares, y casi lo empata en la última jugada del partido.
La media hora inicial del partido se transformó en una ilusión palpable para Claypole, que no solamente le ganaba a Boca, sino que además lo hacía con justicia, dominando a su rival que hasta el 16 de enero, cuando volvió a Primera C, lo aventajaba por cuatro categorías, además de lo que obviamente representa el club de la Ribera con sus impardables pergaminos.
La potencia física de los jugadores del conjunto «albinegro», acostumbrado a la liza de combate en canchas poceadas y peladas, donde poner la pierna con fuerza y algo más es lo más natural del mundo, hacía que ganaran en todas las pelotas divididas ante la mayor «delicadeza» de los «xeneizes».
Después, el resto lo hacían el entusiasmo y la motivación extrema del conjunto del sudeste del Gran Buenos Aires, que tenía a su hinchada alentándolo desde el exterior del estadio de Lanús, y cuyos cánticos se escuchaban nítidamente dentro del mismo.
Las camisetas con los nombres de sus hinchas que después se las llevarán de recuerdo parecían más que las auriazules por momentos, cuando sus entusiastas ocupantes redoblaban marcas y se lanzaban al ataque con una fiereza cuya mayor prueba fue justamente el gol.
Es que antes de ese tanto convertido por el lateral derecho Leonel Landaburu de zurda, hubo un rebote de un cabezazo en el travesaño y otro que dio el retornado arquero Javier García tras otro frentazo abajo que no alcanzó a retener.
Hasta ahí, todo había sido de Claypole, pero era lógico que la mayor jerarquía boquense apareciera en algún momento, y por eso no extrañó que apenas cinco minutos más tarde Sebastián Villa empezara a desarrollar toda su velocidad con pelota y con un derechazo alto consiguiera la igualdad.
En los 10 minutos posteriores hasta el descanso Villa se volvió incontenible para el autor del gol, su marcador Landaburu, al punto que el técnico Roque Drago terminó reemplazándolo en el entretiempo.
Esta fue la segunda variante de Claypole, cuyos jugadores recién van a firmar contratos profesionales ahora que subieron de categoría. La primera se había producido antes del cuarto de hora cuando Nicolás Capaldo golpeó con dureza a Lucas Carballo y lo terminó sacando lesionado del campo de juego. El árbitro Leandro Rey Hilfer ni siquiera amonestó al volante devenido lateral derecho «xeneize».
El segundo tiempo
El segundo período ya no fue igual al primero, porque la hegemonía del balón fue de Boca, aunque como todo equipo dirigido por Miguel Russo, esa no es una opción que le apetece, porque no sabe muy bien que hacer con ella, algo que también es moneda corriente en sus últimas presentaciones en la Liga Profesional.
Por ello fue que los minutos pasaban y salvo algún pincelazo de la innegable calidad que posee el colombiano Edwin Cardona, o las mencionadas incursiones de su compatriota Villa, el conjunto auriazul carecía del fútbol necesario como para imponer condiciones , ya que solamente con la camiseta no le alcanzaba.
Y esa cuota de fútbol, si bien en cuentagotas, la tenía sentada Russo en el banco de suplentes y se llamaba Gonzalo Maroni, que ingresó promediando la etapa final y con una cuota de inspiración y otra de fortuna, le terminó por dar la victoria a Boca apenas superada la media hora.¨
Previamente Juan Cruz Iglesias, el jugador de 23 años más talentoso de Claypole, que vivió dos meses entrenando en La Masía de Barcelona, de España, volvió a tener un mano a mano como en el primer tiempo que volvió a ganar Javier García, en su regreso al arco boquense después de diez años.
Esa acción desnudó también los problemas que tiene Boca en el retroceso, tanto de sus volantes como de sus defensores.
Y Russo, que no puede ir contra su naturaleza, decidió en los últimos minutos, ante el campeón de Primera D, sacar al centrodelantero Luis Vázquez para poner en su lugar al volante defensivo Jorman Campuzano, lo que desató la rechifla del grupo de hinchas de Claypole que estaba instalado en las plateas de la Fortaleza granate, con los clásicos cánticos para aquellos equipos, y entrenadores, que especulan con ese tipo de variantes.
Y así, con Boca tratando de hacer correr los minutos, haciendo tiempo en algunos casos para seguir provocando cuestionamientos desde la platea, y Claypole buscando con sus armas el empate, que pudo llegar en la última jugada con otra buena acción individual de Iglesias, que volvió a sacar a pasear a Capaldo, pero el ingresado Pedro Mune no alcanzó a conectar sobre la línea y el «xeneize» fue el que pasó a 16avos. de final.
Ahora, en la próxima instancia Boca jugará frente a Defensores de Belgrano, mientras que Claypole debutará el lunes próximo en la Primera C enfrentando a Argentino de Merlo.