En busca de contener un avance del coronavirus con 17 días de restricciones, Japón declaró por tercera vez la emergencia y volvió a cerrar desde hoy grandes centros comerciales, bares y teatros para frenar el aumento de infecciones.
Las restricciones, anunciadas el viernes pasado para las prefecturas de Tokio, Kioto, Hyogo y Osaka, las regiones más afectadas por el virus, comienzan con dudas sobre su efectividad, ya que las escuelas seguirán abiertas y no se restringirá el transporte público.
Con el país encaminado a superar mañana las 10.000 muertes por el virus desde el inicio de la pandemia, el Ministerio de Salud nacional anunció hoy 4.609 nuevos casos de coronavirus y 51 fallecimientos en las últimas 24 horas.
La región occidental de Osaka fue la que más casos registró, con 1050, superando los 1.000 por séptimo día seguido, dijo el Ministerio, informó la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Las nuevas restricciones regirán hasta el 11 de mayo, justo antes de las vacaciones de la «Semana Dorada», cuando los japoneses suelen viajar mucho.
Con estas medidas, el Gobierno busca hacer frente a la que es ya la cuarta ola de contagios que atraviesa el país desde que comenzó la pandemia.
Este tercer estado de emergencia tiene como objetivo ofrecer un mayor equilibrio entre el control del virus y la recuperación económica.
Sin embargo, hay fuertes dudas de que este esfuerzo sea eficaz, ya que se centra en el cierre o límite horario en restaurantes y parques temáticos, mientras que las escuelas permanecerán abiertas y los trenes y las calles seguirán tan llenos como siempre.
Japón acumula 9.990 muertes a causa de la enfermedad, entre las peores cifras de Asia, y 564.460 infecciones.
Los expertos aseguran que la ola de contagios que se desarrolla actualmente incluye variantes más mortales.
La campaña de vacunación contra el coronavirus avanza muy lentamente en Japón, donde solo se ha inoculado al 1% de su población, según cifras oficiales.
Esto se debe en parte a que Japón requiere pruebas adicionales para las vacunas aprobadas en el extranjero, por lo que hasta el momento solo usa la vacuna desarrollada por los laboratorios estadounidense alemán Pfizer.
No se espera una vacuna de producción nacional hasta el próximo año o 2023.