Curros

Miquelarena sabe que “se le viene la noche”

Angustiado, pensativo, “ido” en plenas reuniones con sus íntimos; nuestras fuentes aseguran que el procurador general o “Yoli” (como le dicen quienes fingen ser sus amigos) ya sabe que su futuro es oscuro, teniendo en cuenta que ya peina canas y la extinción de sus funciones en el estado se avecina con motivo de su inminente jubilación.

Seguramente debe estar preocupado porque las personas a las que tanto mal les hizo están esperando ansiosas su retiro con cubiertos y un repasador en el cuello.

Las imágenes muestran nítidamente al jefe de los fiscales donde se lo ve completamente ausente de espíritu en medio de una reunión familiar en los interiores de la confitería “Maximino”, ubicada en Trelew en plena 25 de mayo, una de las calles más transitadas de la ciudad del valle.

El funcionario vestía un atuendo simple, salió prácticamente de Jogging a pasear con su familia y en horas de tarde/noche decidió pasar por el local comercial a merendar. Allí tanto él como su madre pidieron un cortado chico, su señora esposa por su parte solo pidió un té con leche. Una merienda austera y poco “glamourosa”, lo que nos hace inferir que el procurador comenzó a concientizarse en cuidar la plata de todos los chubutenses.

Pero lo que nos llama un tanto la atención es la vestimenta y el lugar del establecimiento que eligió para sentarse, sabiendo que habían muchas mesas vacías en el lugar decidió irse a la mesa más cercana a la vista pública. Si observan bien, a un metro por enfrente de su nariz y después del vidrio del local comercial se encuentra la vereda.

Sin custodia policial, contrario a como generalmente lo vemos por las mañanas o en su casa; su humilde vestimenta y la desazón en su rostro manteniéndose completamente ajeno a la conversación de su madre con su esposa, creemos que el funcionario se dio cuenta que no lo quiere nadie y quizás todo haya sido un intento de búsqueda de compasión en el público, como diciendo: “miren cómo soy, un tipo simple que sale a merendar con su familia y sin lujos”, obviamente una falsa tarjeta de presentación como las de todos lo que integrarían el grupo de los “Buenos Muchachos”.

Ni en su propio barrio lo quieren a Miquelarena, quien está acostumbrado a tener dos efectivos del GEOP parapetados enfrente de su casa mientras la vecinal se encuentra completamente vulnerable con respecto a la delincuencia al no haber registro de ningún policía patrullando los sectores.

El repudio que constantemente recibe por parte de la gente es descomunal, puesto a que Miquelarena simbolizaría para el chubutense común el rostro vivo de la corrupción institucional en la provincia, uno de los individuos más vomitivos que integran las altas aristas del poder público.

Sin embargo, véanlo allí, con su rostro de preocupación, con la mirada perdida. Un hombre acabado que sabe que su poder se le está desvaneciendo como humo en sus manos, acorde a lo que representó todos estos años en la gestión pública: humo, ni más ni menos. Debemos informar además que nuestra fuente estuvo alrededor de 10 minutos en las inmediaciones de la confitería y asegura que en lo que transcurrió ese tiempo Miquelarena no interactuó con su familia en ningún momento y se mantuvo con ese inexpresivo rostro.

El jefe de fiscales, más conocido según se habla por proteger amigos del poder entre los que se contarían narcotraficantes y funcionarios inescrupulosos que han utilizado las arcas públicas para enriquecerse, como por ejemplo Diego Correa.
Mirar para otro lado cuando los amigos cometerían ilegalidades, integraría una de las aptitudes más destacadas del cuestionado funcionario. Pero se estaría empezando a dar cuenta ahora que la vida pasa factura.

Según nuestras encuestas, figura en el puesto número 2 de la provincia dentro del ranking de los más odiados de Chubut. Mariano Arcioni le gana por muy poco, quien se lleva el triste mérito del primer puesto. Federico Massoni por su parte integra el tercer lugar, pero está comenzando a hacer con su campaña política un gran esfuerzo para empatar la posición del jefe de fiscales en el “odiometro” provincial.

Lo que le está pasando a Miquelarena es el karma que a todo corrupto le esperaría. El camino se puede ver brillante y lleno de triunfos para ese tipo de gente pero en algún momento al caballo se le cansan las patas. Esta etapa representa para un político corrupto la peor de sus pesadillas, es por eso que buscan constantemente el poder como sea, porque es lo único que los mantiene con vida, el poder. Asi que no vaya a ser que nuestro amigo “Yoli” Miquelarena una vez retirado de su función en el estado como procurador general opte por postularse para alguna candidatura política. Aunque la gran pregunta sería: ¿Para quiénes? Bueno, estos sujetos más temprano que tarde nos terminan sorprendiendo.

Más o menos lo mismo es lo que le está pasando a Federico Massoni, con la diferencia de que a éste los papeles se le quemaron mucho más rápido. El karma le está pisando los talones, sabe que le queda poco también. Su gestión como ministro de Seguridad fue un rotundo y ridículo fracaso, su ex – amigo Mariano Arcioni es de los peores gobernadores de la historia y sabe que no tiene ningún futuro en la política junto a él. Tampoco lo quiere nadie, asi que muy difícilmente en caso de que su jefe Arcioni llegue a convertirse en un CP (cadáver político) al final de su mandato, tenga posibilidades de quedar como asesor de algún otro político. Por esa razón es que Massoni no le queda otra que lanzarse como candidato a un cargo electoral. Ese es el motivo de su aspiración política al Senado de la Nación, mantenerse en el poder ¿Por qué? Porque unos hermosos pedidos de juicio político le respiran la nuca y están muy pacientes esperándolo en legislatura, como así también muchas denuncias por delitos penales lo esperan en la justicia para darle la bienvenida a una vida fuera del poder público. Estas probabilidades son las que hacen que Massoni se despierte en un charco de sudor por las noches.

De la misma manera, Miquelarena está evaluando su futuro, porque en algún momento va a tener que jubilarse, y ese evento le está tocando la espalda. Una vez fuera del poder, será un simple mortal y todos los interesados lo tironearán como a un pollo al espiedo. No va faltar nadie que se pierda la oportunidad de formularle una denuncia penal o investigarlo.

Autor: El lobo de las cuadras.

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