El presidente Alberto Fernández aseguró que «la Corte Suprema tiene un problema de funcionamiento muy serio» y «parece ser un coto cerrado para la oposición», y al criticar el fallo que declaró inconstitucional la ley del Consejo de la Magistratura y ordenó reponer su normativa precedente advirtió que «una ley que fue derogada no puede recuperar su utilidad por una sentencia».
«La Justicia parece ser un coto cerrado para la oposición; cada vez que uno habla de la Justicia reaccionan de un modo increíble». analizó el Presidente en declaraciones a la radio AM750.
Sobre el fallo de la Corte que declaró inconstitucional la ley del Consejo de la Magistratura impulsada por el Gobierno de Cristina Kirchner que redujo el número de miembros de ese cuerpo y el alto tribunal instó a modificar su composición en 120 días, Fernández señaló: «Un alumno de primer año sabe que una ley que ha sido derogada no puede nunca recuperar su utilidad por una sentencia. Necesita otra ley que la vuelva a poner en vigencia».
Fernández dijo que pretendía ser «respetuoso de las instituciones», pero, advirtió, «también soy un hombre que respeta el estado de derecho y que entiende que la Justicia es uno de los tres poderes de la República».
«Hay algo que está funcionando mal. Que hoy todavía Milagro Sala esté detenida es que hay algo que está funcionando mal», reflexionó.
Señaló que el delito «más grave que según la Justicia jujeña cometió Milagro fue administración fraudulenta, cuya pena máxima son seis años. Uno debería llegar a la conclusión de que ya cumplió con esa pena. ¿Por qué sigue presa?», se preguntó.
Fernández recordó que en 2003 el entonces presidente Néstor Kirchner cuando propuso los nuevos ministros de la Corte Suprema, dijo «no buscamos jueces que fueran afines a nosotros».
«Así llegaron Elena Highton, (Ricardo) Lorenzetti, (Raúl) Zaffaroni, Carmen Argibay, que fue tan importante, y se quedaron inclusive miembros que merecían todo nuestro respeto, que eran Enrique Petracchi y Carlos Fayt».
En esa línea agregó que «a mí me parece que desde el momento que el Gobierno de Macri propuso nombrar en comisión a dos jueces de la Corte, empezó a degradarse la credibilidad. Cuando uno mira el funcionamiento actual, el tema es muy preocupante».
Opinó que «es muy agudo» el problema de la justicia y subrayó: «Por eso hay que asumirlo para que funcione como lo que es: un servicio».
«Cuando la justicia funciona mal, no es que funciona mal para un presidente, vicepresidente, ministro, funciona mal para los ciudadanos», agregó.