Según algunas estimaciones, más de un tercio de los sobrevivientes de COVID-19 desarrollarán esos efectos prolongados en el tiempo.
Según algunas estimaciones, más de un tercio de los sobrevivientes de COVID-19 desarrollarán esos efectos prolongados en el tiempo. Ahora que la variante ómicron del virus se extiende por el mundo, los científicos se apresuran a identificar la causa del mal y encontrar tratamientos antes de una posible explosión de los casos de COVID persistente.
Según indican, la infección o restos del virus persisten después de la enfermedad inicial, desencadenando una inflamación que provoca el COVID persistente. Un estudio reciente en la revista Cell señaló a la presencia de Epstein-Barr en la sangre como uno de cuatro posibles factores de riesgo, como una diabetes preexistente de Tipo 2 y niveles de ARN de coronavirus y algunos anticuerpos en la sangre.
Por esto, algunos científicos temen que el COVID persistente en algunos pacientes pueda convertirse en una forma de síndrome de fatiga crónica, un problema duradero y del que se conoce poco, que no tiene cura ni tratamiento autorizado por el momento.