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El senador chubutense, Ignacio “Nacho” Torres, participó en una mesa de trabajo con médicos de Trelew en la que debatieron sobre la situación actual de la salud pública y los institutos, sanatorios y clínicas privadas, con el objetivo de buscar acuerdos que permitan mejorar la calidad de atención de los vecinos.

Torres, quien viene de participar en el Encuentro Federal de Salud en Rosario junto a profesionales del interior del país, en esta oportunidad intercambió miradas con los prestadores de la ciudad acerca de las deficiencias que presenta el sistema sanitario de Chubut.

En la reunión, el senador estuvo acompañado por el Dr. Sergio Wisky, coordinador de la mesa de Salud de sus equipos de trabajo, y los candidatos a intendente Claudia Monají y Gerardo Merino de Juntos por el Cambio.

Torres, respaldado por su equipo sanitario, promueve un proyecto integral de salud pública con integración del sector privado que recupera como eje central “el cuidado de la personas”.

Para ello, plantearon que es necesario discutir condiciones laborales, de infraestructura y tecnológicas, que son centrales para lograr la eficiencia y la calidad que están buscando.

“Creemos que las políticas públicas tienen que tener una base de amplio consenso social, buscando que el usuario sea el más beneficiado y también los actores que prestan ese cuidado”, señalaron.

Para finalizar, coincidieron en que una reforma profunda del sistema debe incluir capacitaciones permanentes, mejores condiciones contractuales y lugares de trabajo adecuados, entre otras necesidades que resultan impostergables.

Desde el área de Estadística del Hospital Zonal Esquel elevarán una nota a la Dirección para informar que “no recibirán solicitudes de turnos de pacientes procedentes de Chile”.

El objetivo es visibilizar las dificultades que tienen los vecinos de Esquel y la zona para conseguir turnos para las consultas médicas en distintas especialidades, deben hacer largas filas que se extienden hasta la calle.

Los trabajadores que atienden la demanda de turnos consideran que los pacientes nacionales pagan impuestos y merecen un servicio de salud acorde a las necesidades, publicó el Diario Jornada.

Esta decisión consensuada por el sector de Estadística, tiene el acompañamiento y apoyo de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN).

Asimismo, la UPCN anunció que en virtud de la falta de respuestas de las autoridades, por el “abandono del área de gestión al usuario e información de salud del Hospital Zonal Esquel”, el miércoles se realizará una medida de “estado de alerta” durante 2 horas, a la espera de soluciones.

Raúl Cabral, jefe de Cirugía, expuso su preocupación ya que el personal del sector no tiene conocimientos para el trato de pacientes psiquiátricos y además dijo que «es un peligro» porque están internados con pacientes recién operados. «Siempre nos encontramos con algo nuevo acá, pero ahora nos usurparon dos salas y es como un poco mucho», manifestó.

El departamento de Salud Mental del Hospital Regional de Comodoro- conformado por psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales – denunció días atrás a ADNSUR que no hay más camas para recibir nuevos pacientes y que además, el personal no da abasto para responder a la gran demanda de casos.

Ante esta situación de colapso en el Área de Salud Mental, se decidió internar pacientes psiquiátricos en las salas de cirugía donde únicamente deberían haber pacientes recién operados y advirtieron que es una “situación peligrosa”.

Raúl Cabral, jefe de cirugía del Hospital Regional de Comodoro, confirmó a ADNSUR que durante Semana Santa al llegar a las salas de cirugía se encontraron con la sorpresa de que “teníamos dos salas – de dos camas cada una – ocupadas por pacientes psiquiátricos”, sin haber sido notificados previamente.

“Averiguamos en dirección y sí, habían dado la orden de que los internen acá porque no tiene lugar en psiquiatría”, afirmó.

El profesional explicó que “no es que no tiene lugar, tiene todo lleno de pacientes crónicos y para pacientes agudos no tiene lugar así que toman salas como estas en un servicio de cirugía general donde hay gente operada, que no puede caminar, que están con sondas y cuidados especiales”.

Asimismo, Cabral reconoció que esta situación puede ser hasta “peligrosa” porque ponen pacientes psiquiátricos con medicación que “no manejamos ni conocemos ni tampoco los enfermeros están acostumbrados” y además, están al cuidado de unas señoras durante el día, “pero a la noche se quedan solos”.

“No podes poner en una sala general pacientes psiquiátricos”, cuestionó el médico quien agregó: «siempre nos encontramos con algo nuevo acá, pero ahora nos usurparon dos salas y es como un poco mucho», concluyó.

Alucinaciones, déficit en el sueño y desorientación son algunos de los síntomas que sufrieron pacientes graves de coronavirus durante sus internaciones en terapia intensiva provocados por un fenómeno denominado «delirium», que afecta a más del 50% de los internados por Covid-19 y que está ligado a secuelas cognitivas y psicológicas.

Definido como una disfunción cerebral aguda, el delirium se registraba, previo a la pandemia, en pacientes de entre 75 y 80 años mayormente, que en muchos casos ya padecían demencia.

Sin embargo, esta condición está afectando a casi el 55% de los pacientes de coronavirus internados en Unidades de Terapia Intensiva (UTI), aún siendo más jóvenes y sin ningún daño cognitivo previo, según un estudio que analizó a 2.088 pacientes de 14 países, publicado en la revista médica The Lancet.

En diálogo con Télam, Darío Villalba, especialista en cuidados respiratorios de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), explicó que el delirium se asocia a «peores resultados en el tratamiento» al implicar un mayor requerimiento de ventilación mecánica, más días de internación, mayor riesgo de mortalidad y «mayores secuelas en el post alta» de la terapia intensiva.

Este síndrome «suele ser difícil de tratar», así que lo adecuado es prevenirlo, aunque durante la pandemia fue «difícil tomar las medidas necesarias para evitarlo», aseguró Villalba, quien explicó que el delirium se manifiesta a través de alteraciones cognitivas, de la percepción o ambas juntas.

Pacientes consultados por Télam, sin embargo, lo recuerdan o asocian a «pesadillas siniestras» que signaron su paso por una terapia intensiva, donde permanecieron internados con coronavirus.

«Realmente nunca tuve pesadillas tan dolorosas como estas que me lleven al punto de no querer dormir más porque sabía que si me dormía se venía otra», relató Marcelo Solodujin (63), quien permaneció 53 días internado, de los cuales 10 estuvo intubado en el Sanatorio Güemes de Ciudad de Buenos Aires, en septiembre de 2020.

Es que la pandemia parece tener todos los ingredientes necesarios para la tormenta perfecta: largos periodos conectado a un respirador mecánico, sedantes fuertes, sueño deficiente y la incapacidad de moverse e interactuar especialmente con familiares, además de lo inusual de los equipos de protección que apenas si dejan ver el rostro del personal de salud que los atendió.

Durante sus peores días de internación, Marcelo aseguró haber pasado por tres pesadillas que lo transportaron a ser víctima de un secuestro coordinado por una secta, un proyecto de experimentación con su propio cuerpo en manos de personajes sobrenaturales y la amenaza a sus familiares, mascotas y otros seres queridos.

«En todas las pesadillas había algo en común y era que yo quería escapar de la muerte. Hoy pienso que quizás eso fue lo que me mantuvo vivo», reflexionó Marcelo y aseguró que «es espantoso verse en ese estado, perdiendo peso y con cables colgando».

«No quiero exagerar, pero los traumas que quedan deben ser similares a un tipo que vuelve de la guerra», expresó Daniel Teper (68), quien estuvo nueve días en la UTI del Sanatorio Antártida, en abril de 2021.

«El ambiente de terapia intensiva no es chiste, realmente es muy fuerte estar en una sala con 30 personas sin cortinas divisorias, las luces encendidas las 24 horas, los gritos de dolor permanentes y el personal que no daba abasto», aseveró Daniel, quien aseguró que «de los nueve días que estuve ahí no dormí ninguno».

«Yo veía cómo salían de ahí muertos, sin poder despedirse de nadie. Saber que te puede pasar lo mismo es horrible, no hay forma de vivir eso sin que no te destruya psíquicamente», agregó.

Las alucinaciones, que llegaban cuando dormitaba, le provocaban «imágenes tristísimas» que todavía lo acechan en pesadillas, junto con una «sensación de ahogo recurrente» que antes no sufría.

Una situación similar describió Javier Piorno (48), quien permaneció con asistencia respiratoria durante 49 días tras contagiarse de coronavirus en octubre de 2020 y que aún se recupera de sus secuelas.

Javier es el jefe de Clínica Médica en el Hospital Lucio Molas, en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, y hasta el momento de contagiarse encabezó el Centro Emergente de Asistencia Respiratoria (CEAR), donde luego quedó internado y en las manos de sus propios compañeros.

Además de las pesadillas que padeció en su internación, en las que siempre su vida peligraba, el enfermero destacó -en particular- el recuerdo del ruido de una alarma, que hasta mucho tiempo después de su alta lo atormentó en pesadillas y lo mantuvo con insomnio varias veces a la semana.

«Con el tiempo identifiqué que es una alarma del hospital donde estuve internado y donde trabajo», contó Javier, quien, ya reincorporado a algunas de sus tareas, agregó que puede «asegurar que ahora, cada vez que escucho esa alarma me taladra la cabeza, es una sensación horrible que no puedo explicar».

Villalba aseguró que estas secuelas psíquicas, conocidas como «síndrome de post-UTI», son «comunes» en los pacientes que egresan de estas unidades y que, al igual que el delirium hospitalario, deben ser atendidas de manera precoz para «una rápida recuperación».

Esta condición es un «tema de salud pública», consideró, porque puede generar «la ausencia de una persona en sus ambientes laborales y sociales, la carga familiar de sus cuidados y la carga financiera al sistema de salud al que pertenece el paciente».

Los expacientes coincidieron, a su vez, en la importancia de visibilizar «las consecuencias psicológicas que genera» el delirium hospitalario y promover su tratamiento con profesionales de la salud mental.

Según algunas estimaciones, más de un tercio de los sobrevivientes de COVID-19 desarrollarán esos efectos prolongados en el tiempo.

Según algunas estimaciones, más de un tercio de los sobrevivientes de COVID-19 desarrollarán esos efectos prolongados en el tiempo. Ahora que la variante ómicron del virus se extiende por el mundo, los científicos se apresuran a identificar la causa del mal y encontrar tratamientos antes de una posible explosión de los casos de COVID persistente.

Según indican, la infección o restos del virus persisten después de la enfermedad inicial, desencadenando una inflamación que provoca el COVID persistente. Un estudio reciente en la revista Cell señaló a la presencia de Epstein-Barr en la sangre como uno de cuatro posibles factores de riesgo, como una diabetes preexistente de Tipo 2 y niveles de ARN de coronavirus y algunos anticuerpos en la sangre.

Por esto, algunos científicos temen que el COVID persistente en algunos pacientes pueda convertirse en una forma de síndrome de fatiga crónica, un problema duradero y del que se conoce poco, que no tiene cura ni tratamiento autorizado por el momento.

Pacientes oncológicos que se atienden con el doctor Carlos Gallina, reclaman que Pami no estaría llegando a un acuerdo para que el profesional continúe atendiendo con dicha obra social y por lo tanto a partir del 1 de febrero ya no tendrían cobertura. “Nos quieren mandar al hospital donde hay un oncólogo pero está saturado y no puede atender a 150 personas”, expresó Mirta Graciela Carrizo, paciente oncológica.

En diálogo con EL CHUBUT, Mirta Graciela Carrizo, paciente oncológica que se atiende con el doctor Gallina, aseguró que Pami pretende cambiar las condiciones de trabajo de dicho profesional por lo que ya no contarían con su médico y los mandarían a tratarse al hospital con otro oncólogo.

“Pami tiene un convenio con el Centro Oncológico del doctor Carlos Gallina donde atiende a 150 personas de Madryn la mayoría, pero también de Trelew y Paso de Indios. En la ciudad hay solamente dos médicos oncológicos, uno es Gallina y otro que atiende en el hospital, si no se soluciona esto a pesar de que Pami piense como estrategia enviar a los pacientes al hospital, no va a ser factible porque el hospital no los puede recibir”, sostuvo Carrizo.

En ese sentido, Carrizo añadió que el medico oncológico del hospital es uno sólo y no está en situación de recibir a más personas, ya que está saturado y en el caso de que si pudiera, “la prestación, la medicación y la forma de recibirlos no sería la necesaria para estos pacientes y no los atenderían de la misma forma”.

“Estamos hablando de pacientes con cáncer que los cuidados deber ser otros, somos adultos mayores y tenemos una historia clínica detrás. Tenemos que seguir con el mismo médico, el tratamiento y con las mismas enfermeras que hacen quimioterapia y demás”, aseguró Carrizo.

Por último, Carrizo dijo que el doctor Gallina tiene que renegociar su trato con Pami para que pueda ser nuevamente prestador de la obra social ya que no se están poniendo de acuerdo por exigencias impuestas por el profesional.

“Los pacientes lo quieren mucho, hace un buen trabajo y las exigencias del doctor deben ser coherentes al servicio que viene prestando y está ese conflicto. A partir del 1 de febrero ya no tendríamos cobertura. Esto está en el aire y es algo que se tiene que resolver pronto porque una quimioterapia no se puede saltear”, finalizó Carrizo.

Vecinos de Puerto Madryn advierten por la situación que atraviesan más de 150 pacientes de un médico y especialista en Oncología, quien no podría continuar atendiéndolos debido a una serie de cambios en las condiciones de trabajo de PAMI, según indicaron.

«Cáncer de colon, cáncer de endometrio, de hígado, leucemia, melanoma, cáncer de páncreas, de próstata, de pulmón, de riñón, de mama, de tiroides, de vejiga, son algunas de las afecciones que atiende desde hace muchos años en Puerto Madryn el doctor Carlos Gallina Nanni», expresaron, agregando que «ciento cincuenta pacientes aproximadamente son atendidos a través de PAMI, pero hace muy pocos días PAMI pretende cambiar las condiciones de trabajo del doctor Gallina y ya no contaríamos con nuestro médico».

Asimismo, los vecinos pidieron visibilizar el reclamo «porque nos toca también el corazón: el respeto que le tenemos a nuestro médico tratante y recordar que no somos ‘paquetes’ que pueden mandarse al Hospital y listo

El director asociado del Hospital Zonal de Trelew, Fernando González confirmó que hubo una detección de casos de Covid-19 con «mucho compromiso pulmonar».

«Enviamos a estudiar al Malbrán qué tipo de cepa estamos viendo, porque la Ómicron en realidad no tomaba pulmón» dijo el directivo. Y consideró que o «varió la Ómicron o estamos viendo otra cepa».

Respecto de la sospecha sobre este nuevo síntoma detectado, indicó que «hay una mezcla de cepas o que la cepa Ómicron mutó un poquito. O que solamente estamos viendo no el cuadro general completo -porque no se da en todo el mundo- y haya un pequeño porcentaje que pudiera hacer patología pulmonar».

De todas maneras, el directivo hospitalario señaló que son relativamente pocos los pacientes internados en terapia intensiva, con respecto a la cantidad de contagios.

Además, dijo que el covid “no respeta” la condición de vacunados o no, sin embargo admitió que «en general todos los internados tienen una enfermedad previa y los que no, no están vacunados».

El médico, según publicó diario El Chubut, reiteró la necesidad de determinar la variante de Covid presente en los pacientes, ya que si bien Omicron «es menos agresivo, en realidad hemos visto mucho compromiso pulmonar últimamente, por eso las terapias están empezando a ocuparse más».

Un grupo de cirujanos estadounidenses es el primero en el mundo en implantar el corazón de un cerdo genéticamente modificado a un humano, un paciente que no podía recibir un trasplante tradicional debido a su condición médica. La operación se realizó el pasado viernes, comunicó este 10 de enero el Centro Médico de la Universidad de Maryland (EE.UU.).

Pasados ya tres días de la intervención quirúrgica experimental a la que fue sometido, David Bennett, de 57 años, asegura sentirse bien.

AP informa que el cerdo fue sometido a un procedimiento de modificación de genes para que no dispusiera de un tipo de azúcar que lleva a un rápido rechazo por el organismo humano. «Este trasplante de órgano demuestra por primera vez que el corazón de un animal genéticamente modificado puede funcionar como un corazón humano, sin un rechazo inmediato por parte del cuerpo», reza el comunicado del centro médico.

El paciente permanecerá durante los próximos días y semanas bajo supervisión especial de los especialistas, que quieren asegurarse de que el órgano le «proporciona beneficios para salvar la vida».

Un día antes de la operación, Bennett afirmó que en su situación había solo dos opciones: «Morir o hacer este trasplante». «Quiero vivir. Sé que es un tiro en la oscuridad, pero es mi última opción», indicó.

Bartley P. Griffith, quien trasplantó el corazón al paciente, declaró que esta cirugía «nos lleva un paso más cerca de resolver la crisis de la escasez de órganos», ya que hasta ahora simplemente no hay la cantidad necesaria de corazones humanos disponibles para ese fin. «Estamos actuando con cautela, pero también somos optimistas de que esta cirugía, primera en el mundo, proporcionará una nueva e importante opción para pacientes en el futuro», destacó.

En el marco del tratamiento, los especialistas combinan un nuevo fármaco con otros que deben suprimir el sistema inmunológico y prevenir el rechazo por parte del organismo.

De acuerdo con cifras oficiales, aproximadamente 110.000 estadounidenses esperan actualmente por algún trasplante de órgano y más de 6.000 mueren cada año antes de llegar a recibirlo.

El ministro de Salud Fabián Puratich aseguró que el índice de ocupación de camas «es baja» teniendo en cuenta la cantidad de contagios diarios de los últimos días, incluso superando los 2.000 positivos en 24 horas. Y habló sobre la posibilidad de que esta sea la última etapa de la pandemia.

La tercera ola de Coronavirus causa por estos días, altos números de contagios diarios en la provincia de Chubut ante la circulación de la variante Ómicron. Hasta el momento, solo hay tres personas internadas en terapia intensiva en la provincia.

El ministro de Salud del Chubut, Fabián Puratich, indicó ante el alza de contagios de Covid19 “hay sólo tres pacientes en terapia intensiva en toda la provincia y nueve en clínica médica, que son casos de leves a moderados”. Y resaltó que la cantidad de internaciones “es baja” teniendo en cuenta la cantidad de contagios diarios, que incluso el miércoles superaron los 2 mil contagios.

El titular de la cartera sanitaria manifestó – en contacto con Radio Del Mar – que “no hay que entrar en pánico o tener miedo”, pero sí recomendó a la población mantener los cuidados individuales y vacunarse para que esta ola “pase lo más rápidamente posible”.

Sobre la posibilidad de que esta sea la última etapa de la pandemia, ante la leve sintomatología de la variante Ómicron. Puratich afirmó que “esa es la expectativa” de que esta variante que “ha sido tan contagiosa y que se ha desplazado tan rápidamente, sea una de la etapas finales” de la pandemia, hasta llegar a convertirse en una enfermedad “respiratoria más”.