Si bien todavía no hay una medición oficial del porcentaje de inflación que hubo durante junio en el país, algunas consultoras privadas ya empezaron a hacer estimaciones al respecto. El pronóstico, como era de esperarse, no es para nada alentador. Algunos advierten que la desaceleración que se había visto durante abril y mayo se vio frenada en junio. Estiman que la inflación va a estar por encima del cinco por ciento, sin embargo, habrá que esperar el valor preciso por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos -INDEC-.
Incluso con niveles elevados, la inflación registrada en el país había registrado una baja durante los meses de abril y mayo. Marzo fue verdaderamente catastrófico, registrándose un alza del 6,7 por ciento. En tanto, durante abril el índice del Índice de Precios al Consumidor subió un 6 por ciento, mientras que en mayo la suba fue de un 5,1. Ahora, los especialistas en economía estiman que en junio la inflación fue de entre un 5,2 y 5,5 por ciento.
Durante el primer trimestre del año se registró un 16,1 por ciento de inflación en el país, el valor más alto desde 1991, momento en el que Argentina estaba saliendo de una dura crisis generada por la hiperinflación. Ahora, con el fin del segundo trimestre, las estimaciones dicen que habrá más de un 16 por ciento. Sin dudas, la crisis inflacionaria es un tema que preocupa (y mucho) a la sociedad argentina. El gobierno sigue delineando estrategias para frenar este problema, pero por el momento no aparecieron soluciones concretas para este serio inconveniente, ya crónico, que padece la Argentina. Y que en las últimas horas provocó la renuncia de Martín Guzmán en el Ministerio de Economía, tras casi tres años de gestión.
Junio: la inflación retoma su aceleración
Después de la baja que se registró durante abril y mayo, en junio el IPC se incrementó nuevamente por encima de esa desaceleración que se observó en los dos meses previos. Los rubros que más padecen este problema siguen siendo los mismos, con la gravedad de que uno de esos rubros resulta ser uno esencial para la vida de todos los argentinos: los alimentos. Y no hay que ser experto en economía para opinar sobre este tema. Basta con recorrer las góndolas de los supermercados para observar de cerca los aumentos de precios. En un conocido supermercado de esta ciudad, poco tiempo atrás, en el sector de la leche figuraba un cartel que rezaba “precio bajo”. El módico valor era 180 pesos. Precio barato, sí, pero para pocos.
Los relevamientos que realizaron distintas consultoras privadas a lo largo y a lo ancho del país, revelan que durante junio, el porcentaje de inflación fue de alrededor de un 5 por ciento. Las conclusiones finales apuntan que el valor final estará entre un 5,2 y un 5,5. El gran problema que tiene este fenómeno, es que los precios suben a una velocidad que es imposible de emparejar o equiparar. Mientras los sueldos sigan estancados y no se incrementen al ritmo de la inflación, los argentinos seguirán sufriendo los incrementos de precios todos los días. Si bien varios economistas reiteraron en varias oportunidades que no estamos ni siquiera cerca de un contexto hiperinflacionario, sí hay que decir que el tema es grave, muy grave.
Para ilustrar lo expuesto en el párrafo anterior, es suficiente con analizar algunos datos bien concretos. Según el relevamiento semanal de precios minoristas realizado por la consultora EcoGo, durante la primera semana de junio (que terminó el 6 de ese mes), los alimentos sufrieron una variación de un 1 por ciento con respecto a la semana previa. Lógicamente, un 1 por ciento no representa un gran incremento. Pero el problema debe ser analizado con otro tipo de anteojos, porque si los porcentajes se suman semana a semana, ahí el tema toma otro color. Los incrementos en los valores que cobran las obras sociales, la suba de cuotas en colegios privados, el incremento brutal del precio de los medicamentos, son solo algunos de los rubros que permanentemente deben adecuar sus precios a la realidad económica del país.
Por lo pronto, para el segundo semestre, distintos especialistas aseguran que la inflación tenderá a ir a la baja, con valores inferiores a un 5 por ciento todos los meses. Para el cierre de este segundo trimestre, hay un dato oficial que puede tomarse en cuenta, antes de que el INDEC dé precisiones sobre el valor real de la inflación durante junio. El relevamiento de Expectativas de Mercado que lleva a cabo el Banco Central sitúa la inflación de junio en un 5 por ciento, mientras que para todo el año, dicho relevamiento habla de un 72,6 por ciento.
El alto índice que el Banco Central plantea para todo el 2022 es un dato que no deja de preocupar. La última vez que el país registró una inflación tan alta fue en 1991, el año en donde dio comienzo el plan de convertibilidad, una iniciativa económica que logró erradicar la suba del Índice de Precios al Consumidor durante una década completa. Ese año, el valor final fue un 83,9 por ciento de inflación.
Se esperan próximas medidas del gobierno nacional para que la crisis inflacionaria aminore su impacto y deje de golpear constantemente el bolsillo de los argentinos. Habrá que ver si, finalmente, los encargados de la economía del país logran resolver este problema ya crónico. Ahora, ya con nuevo equipo económico tras la renuncia de Martín Guzmán que se concretó el sábado.