La marcha de los 4 de este viernes en Esquel marcará las 2 décadas de movilizaciones en la localidad contra el extractivismo minero. En noviembre de 2002 la comunidad esquelense comenzaba a movilizarse, en un proceso que terminaría en el plebiscito que le dijo NO a la megaminería, en 2003.
Este viernes 4 de noviembre la comunidad de Esquel se movilizará nuevamente en la “marcha de los 4” contra la megaminería, en una jornada que además estará marcada por la memoria, ya que se cumplen 20 años de aquella primera movilización de los vecinos en contra del extractivismo minero.
Aquel 4 de noviembre de 2002 comenzaba en las calles un proceso social que culminaría el 5 febrero de 2003 con el plebiscito que le dijo NO a la minera que pretendía instalarse allí pero cuyo proyecto sigue ofreciéndose aún hoy por parte de nación en las ferias mineras internacionales.
En este sentido, la asamblea convocó a la comunidad a sumarse y compartió un documento alusivo a la fecha:
Conferencia de prensa
Esta marcha del 4 de noviembre y este mes en particular empezamos a transitar el aniversario de nuestra lucha que cumplió 20 años. A mediados de octubre empezamos a reunirnos en la Escuela normal, primero 60 personas que a la segunda reunión se convirtieron en 600 y fue el 24 de noviembre del 2002 que decidimos unos 1500 vecinos manifestarnos por primera vez en la calle. Sin embargo, el proceso había comenzado mucho antes cuando algunas comunidades de pueblos originarios informaban a los vecinos de Esquel que estaban preocupados por la presencia de técnicos realizando cateos en sus territorios. Luego, algunos vecinos de distintas agrupaciones a mediados del 2002, alertaban que ese proyecto extractivo de oro y plata en el Cordón Esquel traería consecuencias negativas a la vida de la comunidad.
La movilización comenzó a ser multitudinaria a partir de octubre cuando se conforma la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina de Esquel.
Si bien, con el tiempo se van olvidando los detalles, los que transitábamos las calles en aquel 2002/2003 no olvidamos todos los intentos de desacreditar nuestra información desvalorizando a los interlocutores tildándonos de fundamentalistas, de talibanes, que estábamos en contra del progreso, de “zurdos faloperos” e infinidad de adjetivos ofensivos en un intento por impedir que el pueblo nos escuche y nos crea. Pero fue en vano, las alertas que dábamos estaban fundamentadas en información científica de hechos concretos producidos por la actividad minera a gran escala en el resto del país y del mundo. En cambio, el discurso prominero se palpaba como venta de “espejitos de colores”.
La historia nos dio la razón, siempre afirmamos las mismas verdades: “la minería a gran escala que definimos como megaminería es sinónimo de SAQUEO y CONTAMINACIÓN”. En este paso, tuvimos que soportar amenazas, violencia de grupos de choque tercerizados como algunos miembros de la UOCRA, despidos, espionajes, judicializaciones, sin embargo, siempre nos mantuvimos de pie defendiendo el agua de todos. En aquel 2003, algunos empresarios afirmaban que “a estos zurditos los doblegamos con unos pesos”, no pudieron porque como afirmaba un joven militante de aquellos tiempos, “un pueblo que no se vende no se lo puede comprar”. No fue fácil, pero sí muy digna esta resistencia de 20 años.
Aprendimos a usar todas las herramientas posibles, legales, comunicacionales, sociales, para poder cumplir con el lema de que “la base de nuestra lucha es la información y la difusión”. Y así lo hicimos y logramos que la lucha se extendiera de la cordillera a la costa en una provincia donde el pueblo chubutense en la calle hace casi un año volteó la ley que habilitaba la megaminería en este territorio.
Hoy somos muchos los militantes de la Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses situados en 50 localidades pero también debemos reconocer que el escenario es cada vez más complejo. Una de nuestras mayores preocupaciones es que comienzan a violarse en democracia derechos básicos de los ciudadanos, hechos que podríamos asociar a los ocurridos durante la dictadura militar. Por ello, este 4 de noviembre pedimos que nos vuelvan a creer, no somos “unos loquitos” cuando les decimos a nuestros vecinos que estén muy atentos, ya no se trata sólo de la megaminería, son los extractivismos: que deforestan para extender la frontera agrícola, el fracking, los grandes intereses inmobiliarios con extranjeros que pagan fortunas por enormes territorios con fuentes de agua dulce, la explotación de petróleo en el mar con métodos devastadores, entre otros.
Detrás hay un enorme poder económico en complicidad con políticos de turno que pone en juego EL AGUA y EL TERRITORIO que muchas veces está ocupado por comunidades de pueblos originarios. Pido a los vecinos que tengan una mirada más crítica de la situación y no compren la primera versión de algunos medios de comunicación porque está en juego la vida, nuestra propia vida y la de las futuras generaciones.
Recuerden siempre vienen por el oro, viene por todo.
NI EXTRACTIVISMO, NI RACISMO.
Los esperamos desde las 17 hs en la Plaza San Martín con una radio abierta y a las 18 hs a participar de nuestra tradicional marcha.