Especialistas aseguran que beber demasiado alcohol en un breve período de tiempo puede alterar de manera permanente la estructura del cerebro.
Esta caravana de festejos da como resultado una seguidilla de excesos de comida hipercalórica, poco descanso y un mayor consumo de alcohol, un combo que puede ser perjudicial para la salud. Puntualmente, beber demasiado alcohol en un breve período de tiempo puede alterar de manera permanente la estructura del cerebro.
Pero, ¿qué se considera beber en exceso? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) de EEUU definen el consumo excesivo como beber cinco o más bebidas alcohólicas en un solo día para los hombres y cuatro o más para las mujeres. Cada unidad de bebida puede ser de la misma variedad o distinta (una copa de vino o champagne, un vaso de cerveza, etc.)
Es el patrón más común de consumo excesivo de alcohol en los EEUU y uno de cada seis adultos estadounidenses admite hacerlo. En contrapartida, los CDC definen beber con moderación como el consumo de 1 trago o menos al día en las mujeres y 2 tragos o menos al día en los hombres.
Hasta lo que se sabe, el consumo de grandes cantidades de alcohol en una sola sesión puede ser peligroso y está asociado con lesiones no intencionales e intoxicación por alcohol. Sin embargo, ahora se sabe que también puede tener efectos permanentes a largo plazo debido a la forma en que el alcohol interactúa con el cuerpo y el cerebro.
Cuando una persona bebe alcohol, las vías de comunicación en el cerebro se interrumpen, afectando su equilibrio, memoria, habla y juicio. Greg Sutherland es neuropatólogo de la Universidad de Sydney, Australia y resumió que “los efectos agudos del alcohol son bastante complejos porque afecta a muchos neurotransmisores”.
Esto se debe a que el etanol en el alcohol bloquea los receptores en el cerebro que están involucrados en la excitación de las neuronas, lo que hace que el cerebro funcione más lentamente. Al mismo tiempo, el alcohol también activa los receptores que están involucrados en hacer que las personas se sientan tranquilas y con sueño, lo que ralentiza aún más el cerebro.