Los precios del petróleo suben con fuerza en respuesta al anuncio de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, con Rusia a la cabeza, reducirán la oferta de crudo en más de un millón y medio de barriles diarios.
El precio del crudo Brent, el de referencia para Europa, ha arrancado la jornada por encima de 86 dólares por barril, el precio más alto desde principios de marzo y más de un 8% por encima del importe marcado al cierre de la sesión del viernes.
En cuanto al crudo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, ha escalado un 7,8%, hasta alcanzar los 81,58 dólares.
Un comité de la alianza petrolera OPEP+ (la Organización de Países Exportadores de Petróleo más Rusia, que lideran Riad y Moscú) celebro una teleconferencia para analizar la situación en el mercado.
Los recortes “voluntarios” que se anunciaron el domingo y se han confirmado un día después, serán de medio millón de barriles diarios para Arabia Saudí.
Estos serán secundados por Irak (211.000 barriles menos al día), Emiratos Árabes Unidos (144.000 barriles menos) y otros países de la organización como Kazajistán, Argelia, Omán o Gabón.
A partir de mayo, y hasta finales de 2023, producirán 1,16 millones menos de barriles al día.
A eso se suma que Rusia, que ya recortó medio millón de barriles diarios cuando el pasado diciembre entró en vigor el tope de precio a sus exportaciones acordado por los países occidentales, aseguró que mantendrá ese ajuste a lo largo de todo el año.
Se calcula que hacia finales de 2023 la producción habrá bajado en 1,66 millones de barriles diarios, lo que se suma a la rebaja de dos millones de barriles de la que ya se informó el pasado otoño.
El Kremlin sostiene que se trata de una decisión tomada de manera “independiente” por cada país.
“Rusia está en contacto constante con varios países de la OPEC+, eso es normal”, ha asegurado el portavoz de la Presidencia rusa Dmitri Peskov en una declaraciones recogidas por Efe.
“En este caso, los países tienen una línea independiente, un interés independiente en estabilizar el mercado”, ha añadido.
El anuncio de recortes llega tras una fuerte reducción de los precios del crudo en los mercados internacionales y Dmitri Peskov no ha ocultado que se trata de un paso “importante” para sostener los importes.
Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en febrero de 2022, los precios del petróleo se dispararon y superaron con creces los 100 dólares por barril.
Recientemente habían vuelto a niveles previos al conflicto, y cuando el fantasma de una crisis financiera cobró cuerpo, con la caída de Silicon Valley Bank en EE UU y los problemas de Credit Suisse en Europa, bajó hasta acercarse a los 70 dólares por barril.
Tanto Washington como los países europeos habían pedido un aumento de la producción para bajar los precios energéticos, causantes en gran medida de una inflación hasta niveles desconocidos en décadas en los países más desarrollados.
Especialmente a partir de este marzo, parecían empezar a controlarse, pero el nuevo movimiento de la OPEP+ siembra nuevas incertidumbres en la economía.
Como resume Antoni Cunyat, profesor colaborador de Economía y Empresa en la UOC, el recorte “no es bueno para la inflación y harán falta más datos para valorar en qué medida, pero no es una buena noticia ni para España ni para Europa en general”.
El experto señala que el paso que han dado los productores “obviamente presiona al alza los precios del petróleo” y define estos como una “mancha de aceite” que acaba por extenderse a todos los productos.
“No creo que el efecto sea tan grande como el que vimos con la guerra de Ucrania, pero podemos repetir el mismo ciclo”, valora.
Es decir, que empezando por el crudo, la carestía se extienda al transporte y las materias primas para acabar afectando a prácticamente toda la cesta de consumo.
La inflación ha bajado los últimos meses conforme los precios energéticos se relajaban, pero la subyacente sigue muy alta (7,5% en marzo, según el dato adelantado del INE), lo que da muestra de que “es difícil que bajen los precios en general”.
La eurozona suma ya nueva meses de política monetaria restrictiva.
El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés oficiales en 3,5 puntos porcentuales desde el pasado julio y ahora deberá valorar “varias fuerzas que van en sentido contrario”.
La posibilidad de una recesión de cierta magnitud si se producen nuevos colapsos bancarios y, de otro, la posibilidad de que las maniobras emprendidas hasta ahora no sean suficientes para contener la inflación si los precios energéticos vuelven a presionar al alza.