Pasan los días y se agrava la problemática para quienes buscan una vivienda porque se les venció el contrato del alquiler o deben mudarse por primera vez. La oferta está en niveles históricos en un derrumbe sin precedentes en las principales ciudades del país y hay gran preocupación en las cámaras del sector inmobiliario, desde donde se reclaman medidas urgentes.
Por ahora no hubo mayores avances ni señales desde el Gobierno por la intención de reformular la Ley de Alquileres sancionada en julio de 2020 (en menos de dos meses vencen los primeros contratos que se pactaron en aquel momento y se estima que muchos propietarios no volverían a alquilar sus inmuebles por estar disconformes con los acuerdos de 3 años), según publica Infobae.
El drama de la vivienda se complicó como pocas veces y hoy es parte del frente de tormenta que viven los argentinos con distorsiones también asociadas a las dificultades económicas por alta inflación y el acelerado aumento del tipo de cambio que impactan en los bolsillos de quienes alquilan.
Además, en junio los aumentos de precios podrían llegar al 100% a través del Índice de Contratos de Locación (ICL) que regula el Banco Central. Un inquilino que desde junio de 2022 pagaba $75.000 por una propiedad de tres ambientes ahora deberá abonar casi $150.000 el próximo mes.
Por ejemplo, en Buenos Aires, según indica Marta Liotto, presidente del Colegio Profesional Inmobiliario porteño, expresó que «comienzan a vencer los contratos que se firmaron con esta ley. Nuestras expectativas respecto a esos inmuebles es que se mantengan en el mercado de alquileres. Desde las inmobiliarias ya estamos conversando con los propietarios”.
“La dificultad que tenemos es la continuidad de la actual ley. Resulta indispensable que desde el Congreso se avance con los cambios en el marco legal del mercado de alquileres, para tener la oportunidad de que los contratos que se firmen a partir de julio se concreten en un escenario más propicio”, destacó Liotto.
Liotto precisó que “la situación es más que caótica. La ley es nefasta tanto para el propietario como para el inquilino”. Y también advirtió sobre una situación detectada y que es alarmante. “Estamos preocupados porque vemos a dos generaciones que serán las primeras en jubilarse sin ser propietarios. Vamos a tener jubilados con el ingreso mínimo sin casa propia”, destacó.
Otro ejemplo es Córdoba capital, la segunda ciudad con más habitantes del país. Allí la oferta es muy acotada y actualmente, se calculan menos de 800 departamentos en locación tradicional.
Alejandro Hadrowa, presidente del Colegio Profesional de Corredores Públicos Inmobiliarios (CPI) cordobés, señaló que “oferta 0 aún no tenemos, pero sí un dato que nos sorprende mucho: desde mayo de 2021 la oferta se desplomó un 32,2% en la capital de la provincia. La ley de Alquileres desalentó a los dueños a ofrecer sus viviendas y la mayoría las pasaron a publicar en venta”.
Desde el sector aseguran que una posible solución en el corto plazo sería volver a contratos de dos años y ajustes semestrales o trimestrales, que “acompañaría más los efectos inflacionarios y eso generaría un equilibrio para propietarios e inquilinos. De esa manera un propietario no tendría que esperar un año para que se le ajuste el valor y no perder ante una inflación que ya trepó al 108,8% interanual”, amplió Hadrowa.
En Rosario, según la plataforma Propia en la que están la mayoría de las inmobiliarias de esta ciudad de la provincia de Santa Fe, hay sólo 600 departamentos en alquiler y 200 casas.
Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir) y vicepresidente primero del Consejo Federal de Colegios Inmobiliarios (Cofeci), destacó que “la demanda para alquilar va en aumento y hay muy poca oferta en el mercado, todo lo contrario a lo que ocurre con el sector de la compra-venta. Esto se agudiza al mismo ritmo que la inflación”.
Los dueños cada vez ponen más requisitos: “En corto plazo, la ley tiene que reformarse para encontrar un punto de equilibrio que escape a la grieta. A largo plazo pienso creo que hay que trazar un camino que nos permita unirnos en una mesa de trabajo para llegar a las soluciones que el locador, el propietario y los profesionales corredores necesitamos en la actualidad”, dijo Gariboldi.