El Ejército colombiano denunció este domingo el secuestro de al menos 18 militares por una multitud de civiles que, según las autoridades, buscaba impedir una operación contra la guerrilla del ELN en una zona rural.
El grave incidente ocurrió este domingo 21 de diciembre en la localidad de Carmen de Atrato, ubicada en el departamento del Chocó, en el oeste de Colombia. Según un comunicado oficial de la XV Brigada del Ejército, una unidad militar fue «rodeada e interceptada por aproximadamente 200 personas» mientras cumplía con sus funciones.
Esta multitud, compuesta por civiles, procedió a «retener y trasladar de manera arbitraria a los soldados hacia un resguardo indígena». La información fue confirmada por el medio internacional DW, que detalló cómo el hecho busca obstaculizar operativos contra el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La Condena del Ejército y el Llamado Urgente a la Liberación
Frente a este acto, el Ejército Nacional de Colombia emitió un contundente rechazo. En su comunicado, la fuerza señaló que «rechaza de manera categórica y enfática cualquier acción que vulnere la libertad personal, la integridad y la seguridad de los miembros de la fuerza pública». Además, condenó toda conducta que «obstaculice, interfiera o impida el desarrollo de las operaciones militares legítimas del Estado». Tras el secuestro, las Fuerzas Armadas realizaron un «llamado urgente, respetuoso y perentorio» a las autoridades competentes, organismos de derechos humanos y líderes comunitarios para garantizar la integridad física de los soldados y lograr su «pronta y segura liberación».
Un Patrón en el Conflicto: Civiles «Instrumentalizados»
Este lamentable suceso no es un caso aislado, sino que se inscribe en un patrón recurrente dentro del complejo conflicto colombiano. Según análisis de las autoridades, en zonas remotas del país, los habitantes son frecuentemente «instrumentalizados» por grupos guerrilleros o narcotraficantes. El objetivo es que estos civiles actúen como barrera humana, impidiendo el avance de operaciones militares en su contra. Tal como informa la nota de DW, «el secuestro o retención de militares por parte de civiles se ha vuelto frecuente», con casos recientes en agosto y septiembre en los departamentos de Guaviare y Cauca, donde 79 militares en total fueron retenidos y luego liberados tras mediación humanitaria.
El Precedente de los Secuestros Masivos y la Esperanza de Liberación
Los eventos previos ofrecen un marco de referencia preocupante, pero también un camino para la resolución. En agosto pasado, 34 militares fueron secuestrados por campesinos en el Guaviare, y en septiembre, otros 45 corrieron la misma suerte en el Cauca. En ambas ocasiones, todos los uniformados fueron liberados días después gracias a la gestión y mediación de misiones humanitarias y diálogos con las comunidades. Este antecedente genera la expectativa de que, siguiendo un patrón similar de negociación y presión institucional, los 18 soldados retenidos en el Chocó puedan recuperar su libertad en el corto plazo, aunque el episodio deja al descubierto la volatilidad y los riesgos de la seguridad en estas regiones.
El secuestro masivo de soldados en el Chocó expone una vez más las complejas dinámicas del conflicto colombiano, donde la población civil es usada como un escudo en la confrontación entre el Estado y los grupos armados ilegales.




