«Las subas de precios que estamos observando son de una magnitud no vista en años», advirtieron.
La respuesta fue contundente. “¿Cómo se movieron los precios de los alimentos en la semana posterior a la devaluación?”, se le preguntó a una fuente dentro del Gobierno. Al funcionario –un hombre que sigue de cerca el acontecer de las remarcaciones– le bastó una palabra: “Alienados”.
En el Ministerio de Economía buscan frenar un tsunami que desborda todo. Es clave porque Sergio Massa es ministro y candidato a la vez. Se habían esperanzado un traslado bajo a precios luego de establecer un esquema de mantenimiento fijo del tipo de cambio hasta octubre. Sin embargo, son realistas. El dólar oficial saltó 22% en un día; los precios no se quedarían atrás tras un desmadre de los costos, que saltaron hasta un 30%. Por eso, crearon una unidad especial –sumando a la AFIP y la Aduana– para ejercer más presión sobre las empresas, que denunciaron que buscaban imponerle un sendero del 5% mensual.
Para FIEL, los alimentos y bebidas se dispararon 8% en la tercera semana de agosto, aquella marcada por la devaluación. Había sido de 1,7% en la tercera de julio. “Nuestro seguimiento de Alimentos y bebidas muestra una variación semanal del 6%, muy por encima del dato anterior (1,9%)”, sentenciaron los analistas de Alphacast. EcoGo, por otra parte, calculó un 4,8% para la tercera semana de agosto (hace un mes era de 1,7%). Para LCG, en tanto, se registró el mayor incremento semanal en lo que va de este año: 4,1%.
“Las subas de precios que estamos observadas son de una magnitud no vista en años. Es preocupante la velocidad a la que se ajustan los precios, porque toda depreciación sin plan es un nuevo golpe a la nominalidad”, advirtió Matías Carugati, director de Alphacast.
El precio de la milanesa
La carne, que tiene un peso muy importante en el índice de precios al consumidor del Indec (IPC), se disparó casi un 50%, según la Cámara de Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra). “Después de la devaluación, los precios al público subieron un 50%”, afirmó a La Nación Miguel Schiariti, presidente de Ciccra.
“Esto se reflejó en el precio de la media res que se entregó en las carnicerías. Hoy, un kilo de milanesas cuesta entre $3200 o $3500″, explicó el especialista del sector.
Los números del economista Marcos Buscaglia están en línea. “El precio de la carne mayorista [en Cañuelas] subió un 42% con datos provisorios de esta semana”, indicaron en su equipo, que contaron que, sólo en la primera semana de este mes –antes de la devaluación tras las PASO– ya se había registrado un incremento de 7,5% en una importante cadena de supermercados.
La carne, cuyo precio venía rezagado debido a la sequía (muchos productores habían decidido vender su ganado sin materia prima para el engorde, lo que agrandó la oferta), ya había dado un salto en su precio a fines de julio pasado. El segundo salto lo dio este mes. En los últimos dos días, el precio en Cañuelas se estabilizó (bajó levemente).
“Hubo una fuerte caída de la demanda. Puede que ya no se convaliden los precios. Vamos a ver qué pasa la semana que viene”, señaló Schiariti. “A pesar de los últimos aumentos semanales, continúa el atraso de carnes respecto al resto de los alimentos relevados: 16% desde septiembre último”, indicaron, no obstante, en LCG.
Pero el Gobierno no se confía y, pese a la novela de enredos por un posible cierre de exportaciones semanas atrás, sigue negociando con el sector un acuerdo. Y negocia duro. Tanto es así que todas las ventas al exterior, contaron, pasan por el llamado “canal rojo”. Se trata de una manera de trabar las exportaciones (solo un 25% están vinculadas a los cortes que son de consumo interno). Con esto, buscan sentar a los exportadores a la mesa de negociación y al mismo tiempo, agregar oferta.
En el sector afirman que trabajan en volúmenes para los cortes acordados con el Gobierno de 12.000 toneladas mensuales (la mitad aportada por los exportadores; la otra, por los grandes supermercados). Se trata del mismo volumen que regía. “No se venía entregando ese volumen. Ahora sí lo estamos haciendo”, contaron las empresas, donde estimaron que el aumento autorizado por Economía sería de 8% para la carne en agosto. Tres puntos por encima de lo ofrecido al resto de la industria alimenticia por la Unidad de Negociación de Acuerdos de Precios creada tras el salto del dólar para ejercer más presión sobre el sector privado (le piden a las compañías que absorban la devaluación oficial más la generalización del impuesto PAIS a la importación de bienes).
Sendero y tensión con las empresas
Massa busca la renovación de Precios Justos con ventanas de aumentos de 5% por mes por los próximos 90 días. Sumaría un supuesto menú de beneficios fiscales prometidos por el Palacio de Hacienda, que incluye desde la exención del pago del Impuesto PAÍS a las importaciones o la posibilidad de aplicar certificados de no retención de IVA, entre otros, como una posible baja de retenciones. El menú de opciones, prometieron en Economía, se publicará en un decreto. Sin embargo, en los últimos días, las empresas ya habían comenzado a mostrarse reacias. De hecho, cuestionaron incumplimientos con las garantías previas para mantenerse en el programa (acceso al dólar oficial), pero además denunciaron que sus costos aumentaron alrededor de 32% en las últimas tres semanas.
“Pretender que la industria de alimentos y bebidas pueda absorber el impacto de la reciente devaluación es negar el marco de desequilibrios de costos y precios que afecta a este sector, al igual que al resto de la cadena de valor”, indicaron el martes en Copal y agregaron que “sólo en las últimas tres semanas”, los principales costos de producción aumentaron en promedio entre un 15% y 30%, frente al 5% de incremento de precios propuesto. Recordaron además que ya se están proyectando paritarias del 140%. Advirtieron que los pedidos del Gobierno no son viables. Lo mismo dejó trascender la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) en una carta dirigida a Massa.
“Considerando una proyección de variación semanal del 4% y 2,5% para las próximas dos semanas del mes, la inflación de alimentos consumidos en el hogar treparía a 12,2% mensual. Si consideramos además la evolución de los alimentos consumidos fuera del hogar (12,5%), la inflación en alimentos alcanzaría el 12,2%”, escribieron los analistas que trabajan con Marina Dal Poggetto. Es casi la misma variación que prevé FIEL.