La primera fábrica nacional de cerveza de la cual hay evidencia data de 1738. Su nombre era Zerveza. La fundaron los ingleses Thomas Stuart y Thomas Ilson y estaba ubicada en el barrio porteño de Retiro.
Las paredes del establecimiento se levantaban sobre Avenida del Libertador y las calles Esmeralda, Maipú y Arenales, tenía una sala con siete tirantes y estaba equipada para producir una de las bebidas más populares del mundo.
A lo largo de 100 años, el establecimiento tuvo 9 dueños. Entre ellos, el sargento alemán Adolfo Bullrich y su socio, Carlos Ziegler, que relanzaron la cervecería. Las primeras publicidades del sector estuvieron en La Gaceta Mercantil.
La evolución de la industria cervecera
A mediados del siglo XIX, gracias al descubrimiento de Luis Pasteur, que estudió cómo controlar la fermentación y descubrió las levaduras, aquellos microorganismos que participan en el proceso, la cerveza se pudo pasteurizar para hacerla así más duradera.
Argentina es un país vitivinícola, pero hacia finales del siglo XIX, la cerveza comenzó a ganar terreno, por la demanda de inmigrantes que provenían de países con otra tradición, como Alemania o Inglaterra.
La industria de la cerveza, como muchas otras, estuvo históricamente integrado por hombre. Por eso, un grupo de mujeres se organizaron, movilizaron y crearon , para visibilizar a las trabajadoras del sector.
La fabrica de cerveza más antigua en funcionamiento
La fábrica más antigua en funcionamiento fue fundada por Emil Bieckert. En 1860, creó una fábrica de hielo y en la década del 80, una fábrica de cerveza.
En 1888, Otto Bemberg fundó Quilmes, una marca emblemática, sumamente arraigada a la identidad argentina. Debido a su ubicación, tenía rápido acceso a la materia prima necesaria para la producción.
En aquella época, la población que solía consumir 13 millones de litros por año, aumentó alrededor de 8 veces, pasando a un promedio de 109 millones de litros anuales.