El contexto económico en Argentina está marcado por un atraso cambiario que está influenciando las decisiones financieras de las empresas. A pesar de la disminución de las tasas de interés en pesos, muchas compañías están recurriendo al financiamiento en dólares debido a la devaluación gradual que experimenta la moneda local, aproximadamente al ritmo del 2% mensual.
Aunque tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía Luis Caputo negaron el rezago del tipo de cambio oficial, los analistas señalan que este fenómeno es evidente. Esta discrepancia llevó a las empresas a participar en la licitación de bonos en dólares del Banco Central, aceptando un tipo de cambio que presenta una brecha significativa en comparación con el valor oficial del dólar.
La estrategia de mantener un tipo de cambio estable ha propiciado un aumento en la oferta de créditos en dólares, especialmente dirigidos a empresas vinculadas con la exportación. Esta política, conocida como crawling peg, generó un incremento notable en el acceso al crédito en moneda extranjera, así como un repunte en los depósitos bancarios denominados en dólares.
En este contexto, el atraso cambiario llevó a un mayor endeudamiento en dólares por parte de las empresas, ya que encuentran más atractivas las tasas de interés ofrecidas en comparación con los créditos en pesos. A pesar de las incertidumbres relacionadas con la velocidad de devaluación y las restricciones cambiarias, muchas compañías consideran que esta opción es más favorable desde el punto de vista financiero.