A falta de tres días para que se celebren las elecciones presidenciales en Venezuela, las autoridades de Migraciones del país latinoamericano le prohibieron el ingreso al periodista argentino Jorge Pizarro, quien este jueves a la mañana permanecía retenido en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, en la ciudad capital de Caracas, y esperaba ser deportado por las autoridades locales.
Pizarro, quien viajó a cubrir los comicios para radio Rivadavia, relató que fue sometido a más de 10 interrogatorios desde que pisó territorio venezolano, donde los oficiales de Migraciones le dijeron que no podrá realizar su trabajo “por no cumplir con los requisitos para el ingreso al país”.
“Hicimos la fila de migraciones y, extrañamente, cuando vieron mi pasaporte, había una persona que hacía la visualización del pasaporte, que te pedían que estuviera en mano… Cuando vieron mi pasaporte, me llamaron aparte. Pensé que era una cuestión de rutina hasta que una señorita que tenía un uniforme color azul marino con un ploteo verde flúo bastante desagradable y un escudo que decía Ministerio Público y Popular me interrogó severamente, sin explicarme por qué. Esa señorita me pasó a otra persona de civil, que me volvió a hacer, inexplicablemente, casi el mismo interrogatorio”, explicó en diálogo radial con el periodista Marcelo Longobardi.
La engorrosa situación de Pizarro pasó a mayores cuando un oficial superior amenazó con detenerlo tras cuestionar los interrogatorios a los que era sometido. “Cando osé decirle por qué me preguntaban tantas veces lo mismo si yo había contestado siempre igual, y no había ningún motivo para trastabillar porque las preguntas eran bien puntuales, prácticamente por haberle preguntado eso casi me pone preso. Me dijo que las preguntas las hacía él, que yo no podía responderle nada, excepto lo que él me dijera”, subrayó.
“Ahí por primera vez entendí lo que estaba pasando. A partir de ahí me interrogaron 10 veces, básicamente son las mismas ocho preguntas, me sacaron 14 fotos en escenarios distintos, me retuvieron el pasaporte, me llevaron a una oficina de Aislamiento y Deportación, y me hicieron grabar un video”, comentó. Y sobre la grabación, detalló: “En ese video, que fue en un cuartito de 2×2 todo blanco, con una cámara en el techo que te apunta, hay un escritorio, una silla en la que solo te podés sentar cuando te permiten, sino todo tuve que hacerlo de pie, y cuando me senté me dijeron ‘usted tiene que grabar un video diciendo quién es, a qué vino y qué pretende hacer acá’”.
Sentado en una cafetería para tener mejor señal de WiFi, y escoltado por tres agentes de Migraciones uniformados que tenían la orden expresa de seguir todos sus pasos, Pizarro contó que ya tenía un cronograma de tareas a realizar durante su primer día en tierras venezolanas, pero la demora en el aeropuerto fue tal que su planificación inicial se vio alterada por completo.
“Las acreditaciones para venir acá se entregaban hasta el mes de abril, y no había excepción alguna. La Embajada venezolana en Buenos Aires no daba muchas respuestas y sólo te sugería que cuando llegaras aquí te presentaras ante la autoridad electoral para validar quién eras, de dónde venías, a qué empresa representás, cuál es tu misión y validarte profesionalmente. Eso lo iba a hacer en las primeras horas del día de hoy, pero no llegué porque me mantuvieron en esa sala, me separaron de mi mochila, me sacaron mis celulares, me sacaron la ropa que tenía, durante 6 horas no me dieron ni un vaso de agua, yo tenía que tomar una medicación y no me lo permitieron, y prácticamente no me dejaron ir al baño”, relató.
Tras permanecer tres horas de pie en un corralito improvisado que le armaron en el sector de Migraciones, y luego trasladado a una sala ubicada en otro sector del aeropuerto, donde finalmente le permitieron tomar asiento, una persona se presentó en el lugar y le comunicó que sería deportado. “Me dijo que por no cumplir los requisitos para el ingreso al país, y me van a deportar”, señaló.
A la espera de ser subido a un vuelo de la aerolínea COPA Airlines, la misma con la cual llegó a Venezuela vía Panamá -el régimen de Nicolás Maduro prohibió el ingreso a todo ciudadano argentino proveniente de Argentina, sea en un vuelo aerocomercial, una aerolínea de bandera o un avión privado-, Pizarro aguardaba escoltado en una cafetería. “Estoy alejado del resto del publico, no me puedo contactar con nadie. Con la única persona que pude mantener una relación es con la señora que me trajo un café y un vaso de agua. Teóricamente, y si COPA acepta, a las 9 me suben al avión”, concluyó.
En ese marco, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) emitió un mensaje de rechazo: “Repudiamos enérgicamente la detención y posible deportación del periodista Jorge Pizarro. Reclamamos a las autoridades de Venezuela la habilitación sin condicionamientos a todos los periodistas enviados a ese país a cubrir las elecciones del próximo domingo”.