Maduro reforma constitucional. Penas de 30 años de cárcel por delitos políticos, inhabilitaciones perpetuas para ejercer cargos públicos y juicios en ausencia. Las nuevas leyes sancionadas en los últimos meses blindan al presidente Nicolás Maduro podrían complementarse ahora con su propuesta de reformar la Constitución, avivando el temor a una «nicaragüización» de Venezuela.
«Una gran reforma» para «embellecer» la Constitución fue la bandera de Maduro al juramentarse el viernes para un tercer mandato (2025-2031) en medio de los cuestionamientos de la oposición, que denuncia un fraude en la última elección presidencial y reivindica una victoria del exiliado Edmundo González Urrutia.
«Maduro quiso hacer unas elecciones al estilo Hugo Chávez, en las que se daba un baño de pueblo (…) como no le resultó la fórmula de Hugo Chávez, optó por el modelo de Daniel Ortega, que es robarse una elección y perseguir a todos los opositores», dijo a la agencia AFP Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos.
Ortega y su esposa, Rosario Murillo -que ocupa el estrambótico cargo de «copresidenta»-, impulsaron en 2024 una reforma constitucional que les dio control absoluto de los poderes del Estado en Nicaragua. Cientos de opositores han sido arrestados y forzados al exilio e incluso a muchos, como el propio McFields, se les quitó la nacionalidad.
«Aquí está el héroe, aquí está el revolucionario Nicolás Maduro Moros, y aquí está Chávez, y aquí está Bolívar», exclamó Ortega desde una tarima donde acompañó al mandatario venezolano a celebrar su juramentación.
Según El Clarín. Aunque no se sabe qué artículos de la Constitución planteará cambiar la reforma de Maduro, el mandatario izquierdista ha adelantado que el objetivo es reforzar el poder de las comunas, organizaciones civiles creadas por el chavismo encargadas de tareas como la distribución de alimentos subsidiados y la captación de votantes.
El Gobierno lleva meses aprobando recursos directos para la ejecución de proyectos de las comunas, lo que la oposición ve como una forma de restar poder a funcionarios electos como gobernadores y alcaldes.
Mientras tanto, el Parlamento controlado por el oficialismo ya aprobó leyes que activistas consideran que violan derechos fundamentales.
«Lamentablemente estamos aquí pavimentando el camino para una nicaragüización de Venezuela», comentó Alí Daniels, director de la ONG Acceso a la Justicia, en un encuentro con corresponsales internacionales.
El Gobierno de Maduro ya ha sido acusado de graves violaciones de derechos humanos. La Corte Penal Internacional (CPI) lo investiga por crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, Daniels sostiene que el nuevo paquete de leyes impuestas en Venezuela «agravará aún más» la situación para opositores, y cerrará los espacios que mantiene a duras penas la sociedad civil.
Leyes a discreción para controlar a los opositores
El paquete de leyes vino después de que estallaran protestas contra su reelección, que dejaron 28 muertos, casi 200 heridos y más de 2.400 detenidos. Maduro responsabilizó a la oposición por los fallecidos y denunció un complot liderado por Estados Unidos, que ha impuesto sanciones contra su gobierno.
La unicameral Asamblea Nacional aprobó en noviembre una ley que castiga con pena de 25 a 30 años de prisión a «toda persona que promueva, instigue, solicite, invoque, favorezca, facilite, respalde o participe» en la adopción de sanciones internacionales.
Esa legislación contempla juicios en ausencia, lo que Daniels destaca que está prohibido por la Constitución, y establece inhabilitaciones.