Quiroga y Simone. La investigación que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal sobre el secretario general de ATE, Guillermo Quiroga, y su esposa y ex secretaria administrativa del gremio, Mirta Simone, arrojó nuevos detalles que complicarían todavía más la situación procesal de los acusados por «administración infiel» de los fondos de la entidad.
La causa a cargo del fiscal Omar Rodríguez avanza sobre la pareja, luego de que una denuncia interna sacudiera el escenario sindical, advirtiendo que ambos habrían desviado dinero de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), una de las más numerosas de Chubut, a sus propias cuentas bancarias personales, en una maniobra calificada como «burda», que dejó en evidencia la utilización del dinero de los afiliados para fines propios, entre ellos cirugías estéticas, programas de dieta y pago de tarjetas de crédito.
A la ya complicada situación de Quiroga, se suma el pedido de detención por rebeldía librado dictado por la jueza Eva Ponce el pasado 21 de febrero, dado que el dirigente gremial debía concurrir a una audiencia enmarcada en la causa y, en una estrategia para alargar los tiempos de la Justicia, se trasladó a la localidad de Gan Gan, ubicada a más de 500 kilómetros de distancia de Trelew, su ciudad de residencia. En concreto, el secretario general de ATE, que debía presentarse a la audiencia, manejó durante cinco horas para escindirse de la obligación para la cual había sido citado: en un giro de los acontecimientos el mismo día, la jueza finalmente dejó sin efecto la medida, e instó al dirigente a concurrir el próximo lunes a las 9 de la mañana a la audiencia, bajo apercibimiento de ser detenido, sin excepción.
Para el fiscal Rodríguez, Quiroga y Simone, que fueron pareja con ciertas intermitencias ya que el actual secretario general mantiene un vínculo sentimental con Vanesa Elisaincin, una de las afiliadas, «defraudaron patrimonialmente» al gremio, y el dinero de la «bicicleta sindical» fue utilizado por ambos para fines propios, concretamente para «satisfacer gastos personales»: los dirigentes también realizaron transferencias a las cuentas bancarias de sus hijos por $5.944.134, en el caso de Quiroga, y $911.558 en el caso de Simone; es decir, cifras prácticamente millonarias a dinero de 2019-2023.
Quiroga pagó en tarjetas de crédito y compras con débito por un monto de $12.884.278, y Simone por $17.094.592,95 en idéntico concepto. El destino de los fondos del sindicato es más curioso todavía: tal vez a tono con su nueva apuesta sentimental, Guillermo Quiroga utilizó parte del dinero defraudado para contratar los servicios de la Clínica de Nutrición y Salud Dr. A. Cormillot, donde personalidades de la farándula suelen acudir, como así también contrató los servicios de otra prestigiosa clínica para realizarse una serie de cirugías estéticas faciales, «retoques».
En una Argentina en la que el rol del sindicalismo es cada vez más cuestionado por los propios lujos personales que exhiben algunos gremialistas, la investigación del fiscal Rodríguez confirmó algunas sospechas, al menos en el caso de Quiroga y Simone: entre agosto de 2019 y mayo de 2023, ambos desviaron fondos de la cuenta de ATE en el Banco del Chubut, a cuentas que Quiroga posee en el Banco Galicia, Banco BBVA y Banco del Chubut, por las sumas de $12.166.269, $8.498.000 y $2.105.500, respectivamente.
De la misma cuenta cuya titularidad es la Asociación Trabajadores del Estado, los imputados desviaron fondos a cuentas de Mirta Simone en el Banco Patagonia ($3.996.000), y a dos cuentas también de su propiedad en el Banco del Chubut, por las sumas de $1.524.000 y $1.336.800.
Para la Justicia, y como si se tratara de una parábola de Bonnie & Clyde, tanto Quiroga como Simone «se apoderaron de fondos pertenecientes al sindicato de trabajadores del Estado, a través de sendas transferencias dinerarias, por un total de $29.071.720», fondos cuyo destino no era otro que el de sus propias cuentas personales en distintas entidades bancarias.
Al haber ocupado cargos dentro del Consejo Directivo Provincial a partir de 2019, para el fiscal también incurrieron en «abuso de confianza», considerando las facultades delegadas a la pareja por parte de los afiliados en 2019, cuando se celebraron elecciones internas en el gremio.
Como si ello fuera poco, tanto Quiroga como Simone, según consta en registros bancarios que figuran en la causa, estaban autorizados a realizar retiros de dinero por ventanilla de la cuenta del sindicato, y así lo hicieron: en otra cuenta bajo la titularidad de ATE en el Banco Nación, entre el período investigado, surgió que ambos retiraron un total de $14.792.500.
A los retiros esporádicos por caja se sumó un tercer actor: la dirigente de ATE Puerto Madryn, Mirta Di Paul, quien se desempeña en la actividad gremial hace más de 30 años y, como secretaria Adjunta de ATE Chubut, acompañó con su firma una extracción de $8.395.000 que Guillermo Quiroga realizó por ventanilla, también en el Banco Nación. «El tiempo y la experiencia me dieron ánimo, me mostraron que se puede y por eso puedo remarcar que las mujeres podemos estar en cualquier espacio y realizarlo de la mejor manera”, relataba Di Paul a uno de sus entrevistadores años atrás, cuando fue consultada por los medios sobre su rol sindical en el marco del Día de la Mujer.
El Ministerio Público Fiscal, según se desprende de la causa, no recibió respuesta alguna por parte de ATE Nación, tras haber solicitado a sus autoridades los balances del sindicato vía requisitoria judicial, por el destino de los $23.187.500 correspondientes a los dos retiros por ventanilla que Quiroga realizó en el Banco Nación.
Otro de los dirigentes de Puerto Madryn cercanos a Quiroga y que ha estado bajo la mira en distintas ocasiones es Roberto Cabeda, quien según trascendió, no podría justificar una serie de terrenos de los cuales es propietario en su natal Puerto Pirámides.
Mientras avanza la investigación, los caminos parecerían cerrarse tanto para Mirta Simone, como para Guillermo Quiroga, que en los últimos días se aferró a su rol de dirigente sindical, promoviendo una medida de fuerza para el inicio del Ciclo Lectivo 2025, con la esperanza de desviar la atención de la luz pública, toda vez que en la misma fecha, a las 9 de la mañana, deberá comparecer ante la Justicia en la audiencia a la que «pegó el faltazo» el pasado viernes, mientras que a los afiliados del gremio -damnificados directos por la maniobra defraudatoria- les habría dado la orden de «movilizar la calle».
Un dato del sentido común pero que no está de más mencionar, es que el salario de Guillermo Quiroga no le habría permitido incurrir en tales movimientos de dinero, considerando que entre 2019 y 2023 se dedicaba en exclusivo a la actividad sindical, y recién en 2024, cuando la actual investigación se encontraba avanzando, el dirigente buscó migrar al Instituto de Seguridad Social y Seguros (ISSyS), presentándose como candidato a Vocal y resultando electo -tras una amplia movilización de las ‘tropas de ATE’- y percibiendo en la actualidad un salario mensual que supera los 6 millones de pesos.
Ahora, tanto para Quiroga como para Simone, la acusación es concretamente por «lucro indebido destinado a gastos personales», en el marco de una causa que podría concluir con una condena inédita para los «Bonnie & Clyde» de Chubut.