Visa a los turistas. A partir del jueves 10 de abril, comenzó a regir una nueva medida que impactará de forma directa en el flujo turístico. Todos los detalles.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil confirmó que, a partir del jueves 10 de abril, se volverá a pedir la visa para los turistas de algunos países que quieran entrar al país. La decisión se fundamenta en la política de reciprocidad, ya que estas naciones exigen visas a los ciudadanos brasileños, según publicó Canal 26.
Aunque la resolución había sido anunciada en 2023, fue demorada en dos ocasiones, pero ahora entró en vigencia de forma oficial. Durante varios meses, se evaluaron las condiciones para su implementación, lo que generó incertidumbre entre las agencias de turismo y los sectores relacionados con el comercio internacional.
Los países que deberán obtener una visa para entrar a Brasil
Los ciudadanos de Estados Unidos, Canadá y Australia que viajen por motivos turísticos o de negocios deberán solicitar una visa electrónica (e-Visa), la cual se gestiona de forma digital, sin necesidad de acudir a una embajada o consulado.
En cambio, si la estadía prevista supera los 90 días, será indispensable realizar el trámite de manera presencial en una sede diplomática brasileña.
Impacto en el turismo y el intercambio bilateral
Es importante resaltar que Brasil recibió el año pasado más de 875.000 turistas de los tres países mencionados, siendo Estados Unidos el principal emisor con más de 720.000 visitantes. Por esta razón, la medida podría tener repercusiones en el flujo turístico.
Desde diversos sectores vinculados al turismo, se expresó preocupación por posibles efectos negativos en el corto plazo. Sin embargo, fuentes oficiales aseguran que el procedimiento digital facilitará la adaptación de los viajeros a la nueva norma y que la medida no representa ningún obstáculo.
Aunque el país había eliminado este requisito durante el gobierno anterior como símbolo de apertura, la administración actual optó por el restablecimiento del visado obligatorio. En distintos foros diplomáticos, Brasil había manifestado su intención de aplicar el mismo trato que reciben sus ciudadanos en el exterior, por lo que la medida no fue una sorpresa.