La derrota del PRO en la Ciudad de Buenos Aires encendió luces de alarma dentro de Juntos por el Cambio, acelerando procesos de autocrítica, redefiniciones y hasta rupturas. Pero, mientras en la Capital se reconfiguran viejas alianzas y se debaten liderazgos, en Chubut, el gobernador Ignacio Torres parece decidido a capitalizar el escenario incierto y adelantar su jugada: consolidar su partido propio, «Despierta Chubut», como eje de un nuevo armado político, publicó ADNSUR.
En medio de una apretada agenda, fines de mayo será el momento del lanzamiento formal del espacio que viene cocinando desde hace meses, con un doble objetivo: marcar independencia del PRO nacional (hoy en crisis de identidad y asistiendo, de mínima, al ocaso de Mauricio Macri y la alianza que se conoció como ‘Juntos por el Cambio’) y blindar su gestión de cara a la contienda legislativa de octubre, con vistas a la reelección en 2027.
El gobernador apuesta a liderar un gran frente chubutense con eje en la gestión, abarcando a intendentes de todos los colores políticos (muchos ya expresaron su adhesión), mantenido además línea abierta con referentes peronistas como Carlos Linares, de quien suele destacar el diálogo permanente vinculado a la gestión y la búsqueda de respuestas para la provincia.
El peronismo: entre la interna formal y la amenaza de ir por afuera
Pero la jugada de Torres no ocurre en un vacío. La reunión del Consejo Provincial del Partido Justicialista, realizado el sábado, dejó un mapa complejo y un escenario de disputa abierto. La conducción del partido, encabezada por Gustavo Fita, aprobó la facultad para conformar alianzas con otras fuerzas del campo nacional y popular y ratificó un reglamento para internas, que buscará canalizar las candidaturas de manera participativa y transparente.
La intención de Fita y los suyos es clara: evitar fracturas internas y ordenar un frente competitivo. Sin embargo, no todos dentro del PJ están convencidos. Entre los asistentes al cónclave se encontraba Ariel Gamboa, referente del peronismo disidente, que remarcó la necesidad de que el proceso de internas sea verdaderamente democrático, y advirtió que los plazos son apremiantes: “en una semana tendría que estar conformada la alianza y aprobado el reglamento electoral para que haya tiempo para una interna prolija”, sostuvo.
Pero la amenaza más concreta al esquema del PJ oficialista no vino desde adentro del salón, sino desde la vereda. El sindicalista Alfredo Béliz, refernte de Comercio y con el apoyo de otros gremios de peso como Camioneros y Luz y Fuerza, reiteró que si el PJ no abre el juego de manera real, irá por afuera, con un frente gremial propio. Esa posible ruptura podría restarle al peronismo formal una porción importante de votos en sectores populares y sindicales.
La UCR va por la lógica continuidad con Torres, pero tiene ruido de los ‘radicales con peluca’
Mientras tanto, la UCR provincial también atraviesa una fase de tensión. Si bien el vicegobernador Gustavo Menna busca encauzar la alianza con Torres y el PRO, no faltan las voces disidentes. Una de las más resonantes es la del exdiputado Manuel Pagliaroni, quien propone una alianza de los radicales con La Libertad Avanza, tomando como referencia el acuerdo de 2015 con el PRO en los albores del fenómeno Macri.
Aunque desde la conducción radical se descartó tajantemente esa posibilidad —y se recordó que Pagliaroni ni siquiera es convencional partidario—, su cercanía con César Treffinger, referente de los libertarios en Chubut, alimenta las especulaciones.
La clave estará en la Convención Radical del 24 de mayo, donde no se definirá aún con quiénes se aliará el partido, pero sí con quiénes no. Si LLA aparece en esa lista negra junto al peronismo, quedará claro que el radicalismo se inclinará por un entendimiento con Torres. Pero si la exclusión no es explícita, podrían quedar puertas abiertas a movimientos subterráneos, especialmente en zonas del interior donde la estructura libertaria ya empieza a tejer acuerdos con radicales sueltos, vecinalistas y exfuncionarios peronistas.
Treffinger, por su parte, se muestra activo: en declaraciones exclusivas a ADNSUR dijo que fue contactado por “radicales de primera línea” y que desde LLA tienen “los brazos abiertos”. También dejó una chicana para el recuerdo: “hay radicales con peluca en todos lados”. Más allá del toque humorístico, dejó en claro que su espacio buscará dos bancas nacionales como contribución al proyecto de Javier Milei y que no hay intención alguna de acercarse al PRO: “nunca lo tuvimos”, sentenció.
El desafío de Torres: consolidar su liderazgo y evitar fugas
Entre las fracturas del peronismo, la convención radical y sus ruidos internos, la ofensiva libertaria y la crisis nacional de JxC, Torres busca posicionarse como el único líder con volumen propio en Chubut. Pero ese liderazgo aún debe ser validado en las urnas. Si su nuevo espacio logra el primer lugar en octubre, consolidará su gestión con respaldo electoral y dejará bien encaminado su proyecto 2027. Si queda segundo, y los libertarios pisan fuerte, la señal será de alerta.
La gran incógnita es cómo se integrará finalmente Despierta Chubut con las otras estructuras de JxC. Si bien en el entorno del gobernador se admite que Ana Clara Romero sigue siendo la mejor posicionada para encabezar la lista, las diferencias de la diputada con Torres se han hecho visibles. Y nadie descarta nuevas tensiones si el armado provincial no logra contener a todos. Además, hay quienes hablan de encuestas que muestran igualmente posicionado a Gustavo Menna, el actual vicegobernador y presidente de la UCR, para pugnar también por una candidatura a la diputación nacional.
Lo que está claro es que el mapa político chubutense ya no es el de 2023. El 25 de mayo (o la fecha que finalmente se elija) no sólo marcará un nuevo aniversario patrio, sino posiblemente el punto de partida de un nuevo orden político en la provincia.