La decisión del gobierno nacional de modificar la histórica barrera sanitaria en la Patagonia ya genera consecuencias concretas: Chile prohibió la importación de carne y reproductores desde el sur argentino, encendiendo alarmas en el sector ganadero y abriendo la posibilidad de que otros mercados internacionales adopten medidas similares.
El presidente de las Federaciones Rurales de Chubut, Osvaldo Luján, confirmó que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile dispuso la prohibición de ingreso de carne procesada, animales en pie y reproductores provenientes de la Patagonia. La medida responde a la resolución 460 del SENASA argentino, que modificó el estatus de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación.
“Nos aseguraron que no habría impacto en los mercados externos, pero la realidad demuestra lo contrario. En el mismo texto oficial dicen que Chile no presentó objeciones, y sin embargo el SAG emitió una resolución cerrando las importaciones”, afirmó Luján.
Temor a un efecto dominó en mercados internacionales
El dirigente rural advirtió que el problema podría extenderse a Europa y Asia, donde ya se habla de posibles inspecciones y restricciones. En septiembre, Chile realizará una auditoría para evaluar si la nueva normativa cumple con los estándares exigidos, lo que será clave para definir el futuro del comercio bilateral.
“Cuatro frigoríficos de Santa Cruz exportan cordero a Chile, y Chubut coloca carne ovina adulta en mercados asiáticos. Además, cabañas de genética ovina de primer nivel dependían de las ventas al país vecino”, explicó.
Impacto en la economía y respuesta judicial
Luján remarcó que la ventaja sanitaria de la Patagonia, construida durante décadas, fue clave para el crecimiento de la producción de forraje, la ganadería y la genética ovina. “El cambio abre la puerta a que perdamos ese diferencial y tengamos que volver a vacunar o enfrentar un brote de aftosa”, alertó.
Ante este escenario, Chubut presentó un amparo judicial para revertir la resolución y solicitó una audiencia con la nueva presidenta del SENASA para buscar una solución. “El perjuicio ya es real y necesitamos defender nuestro estatus sanitario”, subrayó.
El futuro de la barrera sanitaria patagónica se definirá en los próximos meses. Mientras tanto, productores y autoridades provinciales presionan para revertir una decisión que, según advierten, pone en riesgo décadas de trabajo y la competitividad de una región que había logrado posicionarse como un referente mundial en sanidad animal. Información extraída de ADN Sur.




