Si hay algo que le sobra a Córdoba es la historia religiosa. Desde que los jesuitas llegaron a finales del siglo XVI, la provincia se llenó de iglesias, conventos y sitios sagrados que todavía hoy impresionan a cualquiera que los visite. Para los que quieren hacer un recorrido espiritual sin irse muy lejos de Buenos Aires, conseguir micros a Córdoba es el primer paso para conocer uno de los centros religiosos más importantes del país.
La Catedral que resistió todo
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, que está ubicada frente a la Plaza San Martín, tiene una historia tan complicada como a la vez fascinante. Se empezó a construir en 1599, con la ayuda de los vecinos que aportaron personal y herramientas. Hasta ese entonces el templo era un rancho de barro y paja. La iglesia fue levantada por trabajadores de escasa formación, y durante su construcción sufrió dos derrumbes grandes que dejaron todo en escombros.
Los muros más antiguos son de 1602, y el primer techado estuvo a cargo de Gonzalo Carvalho en 1620. Cuando se desplomó por primera vez, en 1677,se produjo la muerte del párroco, el sacristán y algunos fieles. En 1724 ocurrió un segundo derrumbe, esta vez parcial, por lo que el templo que se mantiene en pie hoy en dia, es el resultado de años de construcción y reconstrucción.
Su interior es impresionante: la nave central tiene una bóveda de cañón corrido con un montón de molduras talladas en madera y hoja de oro. El altar mayor está hecho en gran parte con plata repujada que venía del Alto Perú. En las criptas están enterrados personajes importantes como el obispo Hernando de Trejo y Sanabria, que fue el primer rector de la Universidad Nacional de Córdoba.
La Compañía de Jesús, la más antigua del país
Pocos saben que en pleno centro de Córdoba está la iglesia más antigua de Argentina. No es la Catedral, sino la Compañía de Jesús, que se construyó entre 1640 y 1676. Los planos originales incluían dos capillas: una hacia el sur para los españoles y otra hacia el norte para los naturales y esclavos.
Lo curioso de este edificio es que mezcla dos estilos bien diferentes: el barroco del período colonial y el neoclásico de mediados del siglo XIX, cuando los jesuitas volvieron a Córdoba después de haber sido expulsados en 1767. La fachada tiene tres puertas y está coronada por dos torres campanario que terminan en pirámides de base octogonal.
Esta iglesia forma parte de la famosa Manzana Jesuítica, que también incluye la Capilla Doméstica, el Colegio de Monserrat y la Casa de Trejo, que ahora es el Rectorado de la UNC. Todo este conjunto fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en diciembre de 2000, valorando que representa una experiencia religiosa, social y económica sin precedentes que duró más de 150 años.
Los Capuchinos y su hormigón armado
Una iglesia que no pueden dejar de visitar es la del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como la Iglesia de los Capuchinos. Está en la intersección de Buenos Aires y Obispo de Oro, en el barrio Nueva Córdoba. Fue elegida como una de las Maravillas Artificiales de la Ciudad, y no es para menos.
Se construyó entre 1926 y 1934, y tiene el honor de ser la primera iglesia argentina realizada con hormigón armado. De estilo Neogótico, tiene protagonismo propio dentro de un barrio de altas torres modernas. Los primeros misioneros capuchinos llegaron a Córdoba en 1911 y se distinguían por usar capuchas o capas. Hasta la construcción de la Iglesia, los capuchinos vivían en casas modestas mientras atendían en la parroquia de las Hermanas del Buen Pastor.
Santa Teresa y su historia de milagro
En Independencia 122 está la Iglesia de Santa Teresa, que tiene una historia bastante particular. Se dice que Juan de Tejeda, pidió a Santa Teresa que interceda por la salud de una de sus hijas, quien se salvó de una enfermedad muy grave. Como agradecimiento, decidió convertir su casa en convento y más tarde construir esta iglesia.
Hoy el lugar funciona como uno de los museos de Arte Religioso más importantes del interior del país, con las piezas más valiosas de la Iglesia Catedral de Córdoba. La fachada es neoclásica y contrasta con el estilo barroco del ingreso al monasterio, donde hay una escultura de Santa Catalina de Siena, que es la patrona de la iglesia.
Por la provincia, más tesoros
Para quienes se animan a salir de la capital, la provincia tiene lugares religiosos increíbles. Una opción es la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Ascochinga, que está a 59 km de la ciudad de Córdoba. Su campanario se ve desde lejos y tiene una historia que arranca a fines del siglo XIX, cuando los hermanos Argüello donaron un solar para que se construyera un templo.
Alta Gracia, a unos 40 minutos de la capital provincial, es considerada Patrimonio Mundial junto con la Manzana Jesuítica. Allí se encuentra la antigua estancia jesuítica que ahora es el centro de la ciudad. La iglesia preside la plaza central y en la residencia funciona el Museo Nacional «Casa del Virrey Liniers». Es un ejemplo perfecto del barroco colonial que dejaron los jesuitas entre los siglos XVII y XVIII.
Un circuito que vale la pena
Córdoba posee un circuito turístico religioso que permite recorrer las principales iglesias del radio céntrico sin pagar entrada. Es ideal para los que buscan espiritualidad, arte, cultura y espacios de reflexión. La presencia de diferentes órdenes religiosas como franciscanos, dominicos, mercedarios, jesuitas y betlehemitas dejó su marca inherente al patrimonio arquitectónico de la capital como en toda la provincia de Córdoba.
Gracias a sus sinfín de templos, conventos y capillas, los creyentes y también para los que simplemente disfrutan de la historia y la arquitectura, Córdoba religiosa es un destino que sorprende. Cada rincón sagrado cuenta historias que siguen impresionando después de varios siglos y algunas todavía esperan por ser descubiertas.