Un evento ilegal realizado en un salón del barrio Panaderos terminó en una situación alarmante. Más de 200 jóvenes, en su mayoría menores, participaron de una fiesta clandestina que derivó en ataques a personal policial.
El hecho puso en evidencia no solo la falta de control sobre este tipo de eventos, sino también la creciente tensión entre jóvenes y fuerzas de seguridad.
Una madrugada fuera de control
El incidente ocurrió este domingo cerca de las 3:25 de la madrugada en la ciudad de Comodoro Rivadavia. Personal de la seccional sexta acudió a un salón ubicado en el barrio Panaderos tras ser alertados sobre la realización de una fiesta no autorizada.
Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con un panorama caótico: entre 150 y 200 personas, muchas de ellas visiblemente menores de edad, comenzaron a huir en distintas direcciones al notar la presencia policial.
Ataques con escombros y botellas
Lejos de colaborar, numerosos asistentes respondieron con violencia ante la intervención de los uniformados. Según informaron fuentes oficiales, los efectivos fueron agredidos con botellas de vidrio y escombros mientras intentaban contener la fuga y resguardar el perímetro. Incluso, algunos patrulleros resultaron dañados en el enfrentamiento.
Gracias a la rápida acción del personal policial, se logró la demora de un joven de 18 años, identificado como uno de los responsables de los daños a los móviles. También fueron retenidos otros cuatro adolescentes, quienes posteriormente fueron entregados a sus respectivos padres.
Sin responsables y sin habilitación
La situación se agravó por la ausencia total de adultos responsables en el lugar. Se convocó a personal municipal para constatar la habilitación del salón, pero no se pudo realizar el acta correspondiente debido a que no había ningún mayor presente que asumiera la responsabilidad del evento.
Esta fiesta clandestina pone en el centro del debate la problemática del acceso a espacios no habilitados por parte de menores, así como el rol del Estado en la prevención y fiscalización de este tipo de actividades.
Un problema que se repite
No es la primera vez que la ciudad enfrenta hechos de esta naturaleza. Las fiestas clandestinas se han vuelto un fenómeno recurrente, especialmente entre adolescentes que buscan evadir controles y restricciones. La falta de consecuencias claras y de responsables visibles dificulta el accionar preventivo y deja a las fuerzas de seguridad expuestas a situaciones de alto riesgo.
Según datos extraídos del medio ADNSUR, este tipo de eventos clandestinos no solo incumplen normativas municipales, sino que muchas veces son el caldo de cultivo de incidentes mayores, como el registrado esta madrugada.
Este nuevo episodio en Comodoro Rivadavia pone en evidencia la urgencia de reforzar los controles sobre espacios de uso público, fomentar campañas de concientización para los jóvenes y articular una respuesta más efectiva entre las fuerzas de seguridad y el municipio. La fiesta que terminó en violencia podría haber tenido consecuencias aún más graves, y representa una señal de alerta para toda la comunidad. información extraída del medio El Chubut.