La Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia advierte sobre el impacto negativo de la Resolución 460/2025 del SENASA.
Cordero patagónico. La Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia (CAFROPAT) emitió un duro comunicado en el que advierte sobre una grave crisis que enfrenta el sector exportador ovino de la región, como consecuencia directa de la reciente implementación de la Resolución 460/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Según denuncian, la normativa ha generado efectos inmediatos y negativos, siendo el más notorio el cierre del mercado chileno para el cordero patagónico, un producto emblema de la región y pilar fundamental de su economía. Según informa: Más Producción
En el comunicado, la entidad empresaria califica los problemas surgidos como “reales” y las supuestas ventajas de la resolución como “parciales”, y hace un llamado urgente al diálogo con las autoridades nacionales para encontrar una solución sensata, efectiva y duradera. La primera señal de alarma llegó cuando una empresa exportadora argentina recibió una respuesta categórica del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile: ese país ha decidido cerrar su mercado a los productos ovinos provenientes de la Patagonia. Este hecho representa un duro golpe para un sector cuya capacidad exportadora no solo genera divisas, sino que también sostiene miles de puestos de trabajo en toda la cadena de valor.
Históricamente, la Patagonia ha construido una industria ovina robusta, reconocida internacionalmente por la calidad de su carne. El cordero patagónico, criado en condiciones naturales en vastos campos del sur argentino, se ha consolidado como uno de los productos más destacados de exportación. Su comercialización no solo beneficia a los productores rurales y frigoríficos, sino también a una red extensa de trabajadores vinculados a la logística, transporte y distribución. Por eso, la interrupción de este flujo comercial trasciende lo administrativo y pone en jaque la sostenibilidad de una economía regional ya de por sí frágil.
CAFROPAT cuestiona especialmente la lógica detrás de la medida oficial. La resolución, argumentan, tiene como uno de sus fundamentos la supuesta conveniencia económica de permitir el ingreso de asado con hueso, lo cual —según algunas versiones oficiales— habría logrado disminuir parcialmente el precio de este corte en el mercado interno. No obstante, la Cámara sostiene que el efecto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es ínfimo: apenas un 0,4%, lo que no representa un cambio sustancial ni en la economía general ni en el bolsillo de los consumidores, especialmente los de la Patagonia. En cambio, el perjuicio generado por el cierre de las exportaciones ovinas es severo y tangible.
“La relación entre costo y beneficio de esta medida es profundamente desproporcionada”, argumentan desde CAFROPAT, enfatizando que se están sacrificando exportaciones estratégicas y empleos regionales por un supuesto ahorro mínimo en los precios internos. En ese sentido, la Cámara considera que la resolución no cuenta con una justificación económica sólida que compense los impactos adversos que ha generado.
Canal de diálogo con SENASA
En un intento por revertir esta situación, CAFROPAT ha solicitado formalmente una audiencia con la recientemente nombrada presidenta del SENASA, la Ingeniera María Beatriz Giraudo. La entidad expresó su confianza en que la funcionaria sabrá interpretar los argumentos del sector productivo y abrirá un canal de diálogo fructífero. El objetivo: revisar los términos de la Resolución 460/2025 y restaurar las condiciones necesarias para que la carne ovina patagónica vuelva a los mercados internacionales, especialmente al chileno, que históricamente ha sido un destino clave.
El documento concluye con una postura firme, pero constructiva: defender la producción patagónica en su totalidad, proteger los puestos de trabajo y garantizar la continuidad de las actividades económicas sin generar perjuicios a los consumidores locales. Desde CAFROPAT sostienen que no debe plantearse una dicotomía entre productor y consumidor, y que es perfectamente posible encontrar soluciones que respeten ambos intereses.
La resolución del SENASA, pensada para resolver un problema puntual, ha derivado en un conflicto mayor que amenaza con desestabilizar uno de los motores económicos más representativos del sur argentino. La expectativa ahora se concentra en la respuesta del organismo nacional y en la voluntad política de revisar una medida que, según los protagonistas del sector ovino, está causando más daño que beneficio.
La pelota, como señaló CAFROPAT, está ahora en el campo del SENASA. Y mientras tanto, el sector productivo de la Patagonia aguarda con preocupación —y esperanza— una respuesta que permita recuperar la normalidad de sus exportaciones y el futuro de una industria que es mucho más que números: es cultura, es trabajo y es identidad regional.