La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anunció la desvinculación del árbitro Sebastián Solís por considerar que su desempeño en un encuentro juvenil fue un accionar que “atentó contra los valores del fútbol”. El hecho ocurrió durante el partido entre Roma y Argentino de Rosario, correspondiente a la cuarta categoría Juveniles C.
En un comunicado difundido por la entidad, se remarcó que la decisión se tomó debido a que Solís “infligió seriamente su deber de impartir justicia y atentó contra los valores del fútbol, faltándole el respeto a la investidura arbitral, jugadores, cuerpo técnico, espectadores e instituciones participantes”.
De esta forma, el organismo dejó en claro que el comportamiento del juez no solo fue cuestionado desde lo deportivo, sino también desde lo ético y disciplinario.
Los hechos que desencadenaron la sanción
El episodio que motivó la desvinculación se registró el último fin de semana, cuando Solís dirigía el encuentro entre Roma y Argentino de Rosario. Según trascendió, el árbitro habría actuado de manera displicente: se lo observó dirigiendo desde lejos, mirando un dispositivo que podría ser un celular e incluso estirando en pleno partido.
Estas imágenes, que circularon en redes sociales y despertaron críticas de entrenadores, jugadores y espectadores, terminaron de acelerar la decisión de la AFA.
Repercusiones en el ambiente futbolístico
La medida generó repercusión inmediata en el mundo del fútbol juvenil. Mientras algunos sostienen que la decisión es correcta para preservar la seriedad del deporte, otros consideran que se trató de una sanción ejemplificadora que deja un mensaje contundente para quienes tienen la responsabilidad de impartir justicia dentro del campo de juego.
Según Clarín, el caso se suma a otros episodios que han generado debate en torno al rol de los árbitros en categorías formativas, donde se considera fundamental la transmisión de valores deportivos.
La AFA dejó en claro con este despido que la figura del árbitro exige responsabilidad, respeto y profesionalismo, incluso en las categorías juveniles. El caso de Sebastián Solís no solo marca un precedente dentro del arbitraje, sino que también abre la discusión sobre la importancia de sostener los valores del fútbol desde las divisiones más bajas.