Aunque suele terminar en la basura, la cáscara de la palta esconde propiedades y usos que pueden ser valiosos para el hogar y el cuidado personal.
En los últimos años, la palta se convirtió en una de las frutas más consumidas por los argentinos, protagonista de recetas y dietas saludables. Su precio, sin embargo, hace que cada pieza sea un pequeño lujo que conviene aprovechar al máximo. Mientras la pulpa se lleva toda la atención, la cáscara suele ser descartada sin pensar en sus posibles beneficios.
Según iProfesional, estudios científicos y conocimientos populares muestran que esta parte del fruto puede tener una segunda vida útil, desde la jardinería hasta la cosmética, ayudando a reducir el desperdicio y aportando soluciones naturales.
1. Tintura ecológica para telas
La cáscara de palta contiene taninos, pigmentos naturales que permiten teñir telas de forma sustentable. Investigadores de la Universidad de Buenos Aires explican que, al hervir varias cáscaras durante una hora, se obtiene un líquido que puede teñir fibras naturales como algodón o lino con tonos rosados o salmón. Un método sencillo y libre de químicos.
2. Fertilizante natural para las plantas
El potasio, magnesio y fósforo presentes en la cáscara son nutrientes clave para la salud del suelo. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) recomienda trocearlas y sumarlas al compost o mezclarlas directamente con la tierra de macetas y huertas. Así, se logra un abono de liberación lenta que fortalece el crecimiento de las plantas.
3. Exfoliante suave para la piel
La parte interna de la cáscara, con restos de pulpa y textura rugosa, puede usarse como exfoliante natural. La Fundación Española de Nutrición señala que las vitaminas A y E de la palta ayudan a regenerar e hidratar la piel. Basta con frotar suavemente sobre el rostro o el cuerpo para eliminar células muertas y nutrir la dermis.
4. Tratamiento nutritivo para el cabello
Los ácidos grasos y vitaminas presentes en la palta, según el International Journal of Trichology, fortalecen y reparan el cabello dañado. Triturando las cáscaras con un poco de agua se obtiene una pasta que, aplicada sobre el cabello húmedo por 20 minutos, devuelve brillo y suavidad de forma natural.
Estos usos demuestran que la palta es mucho más que su pulpa. Incorporar la cáscara a rutinas de cuidado personal o doméstico es una forma sencilla de ahorrar, cuidar el medio ambiente y aprovechar cada parte del alimento.