La temporada de langostino en aguas argentinas sufre un fuerte retroceso en ventas al exterior debido a un inicio tardío y conflictos históricos en el sector pesquero.
La zafra nacional comenzó en la primera semana de agosto tras un acuerdo salarial entre empresarios y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), luego de más de cuatro meses de paralización. Participaron 108 embarcaciones y unos 5 mil marineros, generando alivio en las economías regionales. De acuerdo con Radio 3.
Sin embargo, las exportaciones de langostino entero cayeron un 66% entre enero y agosto de 2025, lo que implicó menores ingresos por USD 206 millones para la economía argentina, según el INDEC. En contraste, el calamar aumentó sus ventas un 46,9% y las colas de langostino subieron levemente 1,9%.
Los desembarcos en los principales puertos reflejaron la caída: Puerto Madryn -59%, Mar del Plata -42%, Puerto Deseado -70% y Camarones -69%, mientras que Rawson mostró un incremento del 35%. La disminución se relaciona con la pesca incidental, especialmente de merluza, que limita la apertura de áreas de pesca según criterios biológicos del INIDEP.
Agustín de la Fuente, presidente de CAPIP, señaló que los altos costos y distorsiones, incluidos los aranceles de exportación y convenios colectivos, afectan la competitividad de la industria. Además, remarcó que el sector no fue incluido en la Ley Nacional de Presupuesto 2026 que contempla la quita de retenciones.
A pesar de estos desafíos, la zafra continúa y la industria mantiene diálogo con gobernadores de Chubut y Santa Cruz para gestionar derechos de exportación y mejorar infraestructura portuaria. Se prevé que la planificación de la temporada 2026 involucre una agenda conjunta entre sector público, privado y trabajadores.