El sistema universitario público volverá a las calles este jueves con un paro nacional de 24 horas y la tercera Marcha Federal Universitaria.
La medida surge como respuesta al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento, lo que generó un fuerte rechazo entre docentes, no docentes y estudiantes.
La medida de fuerza alcanzará a todas las universidades públicas de la Argentina y estará acompañada por movilizaciones en distintas plazas y facultades. El objetivo es visibilizar lo que gremios y organizaciones consideran un ataque directo a la gratuidad y calidad de la educación superior.
Daniel Ricci, secretario general de la Federación de Docentes Universitarios (FEDUN), advirtió que la situación salarial es “crítica” y que el sector perdió más del 50% del poder adquisitivo en 2023. “Con aumentos del 1% mensual frente a una inflación mucho mayor, seguimos perdiendo. El veto presidencial profundiza el deterioro”, afirmó.
Reclamos salariales y defensa de la gratuidad
Los gremios sostienen que el ajuste en educación compromete proyectos académicos y pone en riesgo estructural la universidad pública. Desde la Federación Argentina del Personal Nodocente de las Universidades (FADUN) remarcaron que la defensa de la educación es “una causa colectiva y un derecho humano fundamental”.
La Federación Universitaria Argentina (FUA), a través de su dirigenta Pilar Barbas, confirmó la adhesión estudiantil. “La situación en las universidades es insostenible y no podemos mirar para otro lado”, señaló, destacando que ya se realizaron clases públicas, cortes y ocupaciones como parte del plan de lucha.
Una protesta con impacto político y social
La tercera Marcha Federal Universitaria busca enviar un mensaje contundente al Gobierno nacional en defensa de la educación superior. Asambleas en distintas facultades ya organizan la estrategia de movilización mientras se espera el debate en la Cámara de Diputados sobre el veto presidencial.
“Lo que vivimos es un desprecio a la universidad pública, pero la lucha seguirá en unidad”, sostuvo Barbas.
Según Clarín , el sector universitario volverá así a ocupar un lugar central en la escena política y social del país.
La jornada promete ser una de las más relevantes en la historia reciente de la universidad pública argentina, con una movilización que trascenderá lo gremial para convertirse en un símbolo de resistencia frente al ajuste.