El Riesgo País funciona como un termómetro financiero que mide la confianza internacional en la Argentina. Este indicador refleja en tiempo real cómo el mundo percibe la estabilidad económica y política del país, reaccionando a cada anuncio oficial y evento social.
Este índice calcula la diferencia entre lo que Argentina paga por financiarse y lo que paga Estados Unidos, considerado de «riesgo cero». Se mide en puntos básicos mediante el EMBI de JP Morgan. Si el indicador marca 1.500 puntos, significa que el país debe pagar un 15% adicional de interés respecto a los bonos norteamericanos. La cifra sintetiza factores como estabilidad institucional, balanza comercial y confianza política.
La volatilidad como constante histórica
Argentina tiene un historial de alta volatilidad en este indicador. Durante el gobierno de Alberto Fernández, el Riesgo País superó los 4.500 puntos, niveles comparables al default de 2001. Con Mauricio Macri, tras las PASO de 2019, alcanzó los 2.500 puntos. La gestión de Javier Milei mostró ambos extremos: desde 2.102 puntos en enero de 2024 hasta un mínimo histórico de 569 puntos, para luego repuntar cerca de 1.500 tras resultados electorales adversos.
Un indicador de percepción más que de realidad
La particularidad del Riesgo País es que puede moverse independientemente de la economía real. Reacciona inmediatamente a eventos políticos o institucionales, incluso antes de que se manifiesten en datos concretos como inflación o reservas. Esto lo convierte en un barómetro de la percepción internacional sobre la capacidad del país para honrar sus deudas.
El Riesgo País continúa siendo el espejo implacable donde se reflejan las fortalezas y debilidades de cada modelo económico aplicado en la Argentina, sirviendo como alerta temprana para inversores y policymakers. Información extraída del medio Ámbito.