La popular plataforma de videos cortos seguirá operando en Estados Unidos bajo un esquema mixto que busca cumplir con exigencias de seguridad, pero sin perder la influencia de su matriz china.
Después de intensas negociaciones entre Donald Trump y Xi Jinping, se confirmó que TikTok permanecerá activo en EE.UU. aunque con modificaciones en su estructura de control.
ByteDance, empresa matriz de la aplicación, mantendrá la propiedad sobre la monetización, la publicidad y el comercio electrónico. Sin embargo, los datos de los usuarios y el algoritmo de recomendaciones estarán bajo gestión de una nueva compañía conjunta, integrada por Oracle y otros inversores estadounidenses, valuada en 14.000 millones de dólares.
Según TN, este modelo permitirá cumplir con la ley aprobada en 2024 sobre seguridad digital, aunque no todos los legisladores están conformes.
Preocupaciones en el Congreso
El congresista John Moolenaar, presidente del Comité Selecto de la Cámara sobre China, adelantó que investigará si ByteDance realmente queda desvinculada del manejo del algoritmo, ya que la norma prohíbe cualquier conexión operativa con el “nuevo TikTok”.
Estas dudas reflejan el delicado equilibrio entre mantener activa una de las aplicaciones más usadas del país y, al mismo tiempo, garantizar que los datos personales de los 170 millones de usuarios estadounidenses no estén bajo control extranjero.
TikTok, entre lo político y lo comercial
El caso de TikTok no es solo empresarial. Para Trump, la plataforma tiene un valor estratégico y político, al punto de haber sido clave en su campaña electoral. Incluso, la Casa Blanca abrió una cuenta oficial que ya supera 1,5 millones de seguidores.
Mientras tanto, ByteDance asegura su posición en el negocio más rentable, mientras la nueva compañía asume las funciones técnicas y de resguardo de datos. Para críticos, el acuerdo es un parche temporal que no resuelve del todo las preocupaciones de soberanía digital.
Un futuro aún incierto
Si bien TikTok seguirá en los celulares de millones de estadounidenses, aún queda por definir si la operación convencerá al Congreso y a los organismos reguladores. El desafío está en demostrar que la red social opera bajo un control verdaderamente estadounidense, sin interferencia china.