La consultora Rystad Energy advierte que el desarrollo de Vaca Muerta será decisivo para convertir a Argentina en una potencia energética antes de 2030.
Rystad Energy proyecta que alcanzar 1 millón de barriles diarios de petróleo y 170 millones de metros cúbicos de gas por día hacia 2030 solo será posible si el país logra una expansión acelerada en perforación, infraestructura, eficiencia operativa y estabilidad macroeconómica.De no cumplirse esas condiciones, el potencial energético seguirá siendo, según la consultora, “solo una promesa”.
La firma internacional delineó un escenario ambicioso: convertir a la Argentina en el principal exportador energético del Cono Sur. Pero para llegar a esa meta, el país deberá perforar al menos 800 pozos adicionales en Vaca Muerta durante los próximos cinco años, incrementar la flota de torres de perforación y garantizar inversiones en transporte, procesamiento y exportación.
Actualmente, la cuenca neuquina es el motor energético nacional. En agosto de 2025 produjo 527.000 de los 825.000 barriles diarios de crudo del país y 90 de los 159 millones de metros cúbicos de gas, aunque los analistas alertan que sin más equipos y capacidad de evacuación, el crecimiento podría estancarse antes de alcanzar los objetivos de 2030.
La flota de perforación, clave para el futuro
Rystad estima que la actual flota de 38 rigs deberá aumentar a entre 55 y 64 unidades, según el nivel de eficiencia que se logre. Si los tiempos de perforación se reducen de 26 a 21 días por pozo —algo posible con mejores prácticas y tecnología—, el objetivo sería alcanzable con unos 55 equipos activos.
La consultora también destacó el récord de 3.500 etapas de fractura hidráulica completadas en mayo, lo que demuestra un ritmo de actividad que podría multiplicarse con la infraestructura adecuada.
VMOS, NGL y GNL: los pilares del crecimiento energético
El cuello de botella más crítico se encuentra en el midstream, es decir, la red de transporte y procesamiento. La duplicación del oleoducto de Oldelval alivió parcialmente la evacuación de crudo, pero el salto productivo depende de completar todas las fases del proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS I, II y III) e incluso una cuarta línea dedicada exclusivamente a condensados.
En el segmento del gas, Rystad destaca el avance de proyectos de Gas Natural Licuado (GNL) como Southern Energy LNG (6 MTPA) y ARGFLNG 2 y 3, impulsados por Shell y Eni, que podrían posicionar a la Argentina como competidor global con un breakeven cercano a los 9 dólares por millón de BTU.
La urgencia del GNL frente al reloj del mercado
El informe advierte que el mercado mundial de GNL podría estar sobreofertado después de 2029, lo que afectaría la rentabilidad de los proyectos. Por eso, la sincronización de las decisiones de inversión (FID) será crucial para aprovechar la ventana comercial antes de una posible caída de precios.
Por otro lado, la capacidad actual de procesamiento de líquidos de gas natural (NGL) es de apenas 7.500 toneladas por día. Rystad proyecta elevarla a 17.000 toneladas diarias para 2030, pero advierte que, sin nuevas plantas, el butano y el propano deberían venderse a precios bajos o descartarse.
Inversión, eficiencia y capital humano como motores del salto energético
El salto hacia la autosuficiencia energética demandará inversiones anuales cercanas a los 20.000 millones de dólares hasta 2030, concentradas en el desarrollo no convencional y la cadena de GNL. Con ese impulso, la participación de Argentina en la inversión energética regional pasaría del 15% actual a más del 25%.
Rystad también señala que algunas áreas maduras muestran declinos por interferencias entre pozos y la necesidad de laterales más largos. Optimizar el uso de arenas y reducir los ciclos operativos será esencial para mantener el crecimiento sostenido.
YPF, reestructuración y enfoque estratégico en el shale
En este contexto, YPF continúa con su estrategia 4×4 de desinversión en activos convencionales, liberando capital para enfocarse en shale y GNL. El desafío será que los nuevos operadores absorban los activos maduros sin que caiga la producción tradicional.
El éxito del plan también dependerá de la estabilidad regulatoria, el libre acceso a divisas y reglas claras para los inversores. Son, según Rystad, elementos “indispensables” para mantener el flujo de capitales y consolidar la expansión del sector privado y extranjero.
Lo que Argentina debe hacer para dar el salto energético
De acuerdo con la consultora, los pasos indispensables (“must do”) para alcanzar la meta de 2030 son:
- Escalar la flota de rigs y spreads de fractura.
- Mejorar la eficiencia de perforación y terminación.
- Completar el oleoducto VMOS y ampliar las líneas de condensados.
- Triplicar la capacidad de NGL.
- Garantizar financiamiento y estabilidad macroeconómica.
- Coordinar la expansión upstream-midstream y fortalecer proveedores locales.
Riesgos y oportunidades de un potencial en tensión
Entre los principales riesgos, Rystad señala la volatilidad del mercado de GNL, la falta de infraestructura de transporte y una posible desaceleración de la perforación si no se resuelven los cuellos de botella en NGL.
Aun así, la consultora subraya que la geología de Vaca Muerta “sigue siendo excepcional” y conserva una de las tasas de recuperación más competitivas del mundo.
Con inversión sostenida, cooperación público-privada y previsibilidad económica, Argentina podría transformarse en una potencia energética regional antes del fin de la década, con un millón de barriles diarios de petróleo y 170 millones de metros cúbicos de gas que redefinirían el mapa energético sudamericano.
Según Diario Neuquino, el desafío es monumental pero alcanzable si el país logra sostener la confianza inversora y acelerar las obras de infraestructura clave.
El salto energético que Argentina necesita
La proyección de Vaca Muerta como motor del desarrollo argentino hacia 2030 representa la oportunidad de convertir al país en una potencia energética del Cono Sur, siempre que logre superar los desafíos técnicos, financieros y regulatorios que hoy frenan su expansión.




