YPF apura una jugada grande en el negocio del gas. La compañía ya eligió a Citi para ordenar la venta del 70% de su participación en Metrogas, la mayor distribuidora del país y dueña de una caja que se mueve al ritmo de más de 2,5 millones de clientes en el AMBA.
La decisión no llega aislada. El Gobierno prepara la extensión de la licencia de distribución que hoy vence en diciembre de 2027, justo cuando termina el mandato actual. Con la Ley Bases, ese paraguas de continuidad ahora estira el horizonte: pasa de una prórroga de 10 años a otra de 20.
Los pasos administrativos ya quedaron casi completos. Hubo audiencia pública en junio y Enargas giró en julio un dictamen favorable al Poder Ejecutivo. Ahora la Procuración del Tesoro revisa el texto final del acuerdo que deberán firmar Metrogas y la Secretaría de Energía. Después, Economía lo oficializa por resolución.
En el oficialismo evitan poner fecha exacta, pero el mensaje circula en voz baja y firme: la firma “será en el corto plazo”. El paquete incluirá dos puntos que pesan para cualquier comprador: un plan de inversiones y la renuncia a futuros reclamos por viejos congelamientos tarifarios.
Con ese marco, YPF busca que la operación no pierda ritmo. La venta podría superar los US$700 millones, según cálculos del mercado, y la expectativa interna apunta a encender el proceso lo antes posible, aun cuando la petrolera tiene plazo hasta diciembre de 2028 para desprenderse de esas acciones.
En paralelo, ya hay una foto más nítida sobre tarifas e inversiones. Metrogas cerró la Revisión Quinquenal de Tarifas con un compromiso de inversión de $210.000 millones en cinco años. A cambio, recibió un aumento del 15%: un 3% ya impactó en mayo y el resto se reparte en 30 cuotas mensuales.
También hay señales financieras que funcionan como vidriera para el mercado. La baja del riesgo país, que se ubica cerca de los 650 puntos básicos, suma atractivo a una compra que exige espalda, paciencia regulatoria y mirada de largo plazo.
Metrogas, además, avanzó en ordenar su balance. La empresa anunció la aprobación de un préstamo sindicado por $88.770 millones para cancelar deudas comerciales con YPF y Enarsa, y compromisos bancarios con ICBC y Banco Macro vinculados a un crédito de US$250 millones otorgado en 2018.
La estructura accionaria completa también marca el tablero de la negociación. Además del 70% de YPF, Integra conserva un 9%, Anses un 8% y el 13% restante cotiza en Bolsa. Eso obliga al futuro dueño a ir por más que el paquete mayoritario.
En ese punto aparece una regla que puede subir el costo final. “Es importante decir que quien compre la distribuidora tiene que lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el 30% restante de las acciones, a un precio que será el más alto entre el que le pagó a YPF o el promedio de las acciones de los últimos seis meses”, explicó Ignacio Sniechowski, del Grupo Invertir en Bolsa (IEB).
El analista también puso números al valor de la compañía. “La capitalización de mercado de Metrogas es un poco mayor a US$1000 millones y que el 70% que posee YPF podría valer el equivalente a US$708 millones”, sostuvo. Y amplió el rango con una prima de control: “A eso habría que sumarle entre 15% y 20% de prima de control, por lo que el valor asciende a entre US$815 y US$850 millones”.
El trasfondo también mira hacia 2029. Con el fin de los contratos del Plan Gas, el esquema espera un giro: distribuidoras y productoras negociarían precios con mayor libertad. En ese escenario, el marco regulatorio empuja a cortar lazos entre quien produce y quien distribuye, para favorecer competencia y evitar conflictos de interés.
Así, la receta queda armada: Citi ordena la venta, el Gobierno termina la prórroga, Metrogas muestra cuentas más prolijas y el mercado hace cuentas en dólares. Si todo encastra, la salida de YPF de la distribuidora puede convertirse en una de las operaciones más pesadas del año. Información extraída de LA17.




