El Departamento del Tesoro norteamericano intervino para frenar la caída del peso y lanzó un rescate financiero por 20 mil millones de dólares. Desde Washington advierten que, sin una reforma monetaria profunda, el plan de Javier Milei podría fracasar.
El Gobierno de Estados Unidos salió en auxilio de la Argentina tras una nueva corrida cambiaria. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció la creación de un marco de intercambio de divisas por 20 mil millones de dólares entre ambos países, destinado a estabilizar el tipo de cambio y frenar la fuga de capitales. De acuerdo con Diario Crónica.
Bessent explicó en la red social X que el país enfrenta un momento de “ilíquidez aguda”, lo que en términos simples significa una pérdida masiva de confianza en el peso argentino. Para contener la crisis, Washington comenzó a comprar pesos y ofrecer respaldo financiero directo al Banco Central.
El problema de fondo: la falta de confianza
Si bien el programa económico de Milei logró reducir el déficit y mostrar señales de orden fiscal, la inflación sigue por encima del 30% y la desconfianza persiste. En los mercados reina la incertidumbre por las próximas elecciones legislativas, donde temen que el oficialismo pierda poder político antes de 2027.
“El verdadero problema no es la falta de liquidez, sino la falta de credibilidad”, señaló el editorial del Wall Street Journal, que cuestionó la efectividad del rescate si no se avanza hacia la dolarización.
El debate por la dolarización
Desde Estados Unidos consideran que el peso argentino está condenado a repetir ciclos de devaluación y pérdida de valor. Por eso, varios analistas sostienen que la única salida duradera es la adopción del dólar como moneda oficial, al estilo de Ecuador, que lo implementó en 2000 con buenos resultados.
Sin embargo, dentro del propio gabinete de Milei hay resistencia. El ministro de Economía, Luis Caputo, y algunos fondos de inversión que operan con el “carry trade” local se oponen, ya que la dolarización eliminaría las ganancias derivadas de la diferencia de tasas.
El Fondo Monetario Internacional también se mantiene reticente y empuja en cambio una política de devaluación controlada, su receta habitual frente a crisis de balanza de pagos.
Elecciones y presiones
Según el Wall Street Journal, la decisión del Tesoro norteamericano de no exigir aún la dolarización responde a motivos políticos: evitar un cambio brusco antes de los comicios del 26 de octubre. Sin embargo, advierten que si la medida no se implementa después, el rescate podría terminar siendo “dólares buenos arrojados a pesos malos”.
La nota concluye con un mensaje claro a Washington: apoyar a Milei es estratégico, pero sin una reforma monetaria profunda, el dinero estadounidense “se perderá en otro fracaso argentino”.