En un año donde los resultados no acompañan y el juego preocupa, una realidad se impone: el hincha de River Plate mantiene un apoyo abrumador hacia Marcelo Gallardo.
Entre 100 hinchas, 95 apoyan al Muñeco, reconociendo su historial y concediéndole el derecho a un mal momento, algo que han vivido incluso los técnicos más exitosos del mundo.
El derecho ganado a equivocarse
La columna argumenta que Gallardo «tiene derecho a fracasar» porque se lo ganó con una trayectoria que lo consagró como el mejor técnico en la historia del club. Se recuerda que figuras como Bianchi, Simeone, Guardiola y Mourinho también han atravesado periodos negativos. Este año, en River, se acepta como un fracaso, pero su legado le otorga una revancha que otros no tendrían. Aunque es corresponsable de la situación, la crítica más fuerte no apunta hacia él.
Los jugadores como eje del problema
Mientras Gallardo ya demostró lo que puede dar, los jugadores son señalados como el problema central. El equipo no está a la altura y no muestra identidad en la cancha. Esta desconexión entre el rendimiento histórico del técnico y la actuación actual del plantel genera la mayor frustración entre la hinchada, que no encuentra respuestas en el campo de juego.
Urgencia por un cambio en el manejo futbolístico
Más allá del técnico y los futbolistas, se identifica una necesidad urgente de refundar la gestión futbolística del club. Las decisiones sobre refuerzos, renovaciones y la composición del plantel están bajo la lupa. El análisis señala que Gallardo debe «hacerse cargo» de este aspecto, marcándolo como su gran error en la actual etapa. La dirigencia debe replantear urgentemente su modelo de gestión para revertir la crisis.
La desolación de una hinchada que se va vacía
Lo que más duele al hincha, según el análisis, no es la mala suerte sino la pobreza futbolística. River «no sabe a qué juega» y no deja nada positivo para agarrarse de cara al futuro. La gente abandona el estadio sintiéndose vacía, sin emociones ni señales alentadoras que anticipen una mejora. Esta falta de identidad en el juego es el síntoma más preocupante de la actual crisis riverplatense. Información extraída del medio TyC.




