El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, analiza militarizar Río de Janeiro luego del operativo policial más violento en la historia de la ciudad
Los enfrentamientos entre bandas criminales y las fuerzas de seguridad dejaron decenas de muertos y reavivaron la disputa política con el gobernador de Río, Claudio Castro, aliado del bolsonarismo.
Crece la tensión tras la peor matanza en Río
El gobierno federal brasileño evalúa la posibilidad de aplicar una Garantía de Ley y el Orden (GLO), una medida constitucional que permite el despliegue de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad pública en situaciones extremas. Según C5N, la opción fue propuesta luego del violento operativo en el que unos 2.500 policías intervinieron en las favelas de Penha y Alemao, bastiones del Comando Vermelho.
El Tercer Comando Puro (TCP) habría aprovechado el caos para atacar a sus rivales, dejando una ola de ejecuciones filmadas y difundidas en redes sociales. “Nunca vi algo tan brutal”, declaró el activista Raúl Santiago, quien vive en el complejo de favelas desde hace 36 años.
Disputa política entre Lula y el gobernador de Río
La escalada de violencia derivó en un fuerte cruce entre el gobernador Claudio Castro, afín al expresidente Jair Bolsonaro, y el gobierno de Lula. Castro responsabilizó a Brasilia por no enviar apoyo militar, mientras que el Ministerio de Justicia negó haber rechazado asistencia.
En respuesta, se anunció la creación de una Oficina Emergencial de Combate al Crimen Organizado, encabezada por el secretario de Seguridad carioca, Victor Santos, y supervisada por el ministro Ricardo Lewandowski. El objetivo es coordinar la respuesta al avance del narcotráfico.
Qué implica la GLO y por qué genera debate
Una GLO solo puede ser activada mediante decreto presidencial y concede a los militares poder de policía. Ha sido utilizada antes, en 2023 y 2024, en operativos portuarios y aeroportuarios. Sin embargo, especialistas advierten que su aplicación masiva en zonas urbanas implica riesgos para los derechos civiles y podría tensar aún más la convivencia social.
El analista Marco Teixeira, de la Fundación Getulio Vargas, señaló que la crisis expone la incapacidad del Estado brasileño para coordinar políticas de seguridad entre niveles de gobierno. “Transformar una tragedia en una herramienta electoral sería un error grave”, advirtió.
Lula busca alternativas a la intervención militar
Aunque algunos miembros del gobierno apoyan la GLO, Lula se inclina por una Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) que reforme la estructura de seguridad nacional, fortaleciendo la cooperación entre el gobierno federal y los estados. Esta alternativa requeriría el voto favorable de dos tercios del Congreso, lo que la convierte en un camino político más largo, pero también más institucional.
Mientras tanto, las autoridades trasladaron a cárceles federales a diez líderes del narcotráfico considerados de alta peligrosidad, en un intento por reducir la escalada de violencia.
Escenario de guerra y reclamo de soluciones duraderas
La situación en Río de Janeiro mantiene en vilo al país. Con imágenes que muestran cuerpos en las calles y un clima de guerra urbana, la sociedad brasileña reclama una respuesta integral y no meramente represiva. La militarización aparece como una opción de emergencia, pero el desafío de fondo sigue siendo estructural: recuperar el control del territorio y restablecer la confianza en las instituciones.




