Estados Unidos presiona para que Argentina participe en operaciones militares en el Caribe como parte de su estrategia contra Maduro.
El gobierno de Estados Unidos solicitó a Argentina que se incorpore al despliegue militar en el mar Caribe, en el marco de su ofensiva política y estratégica contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La iniciativa busca reforzar la presencia de aliados regionales en la región.
Pedido de Washington y contexto político
Según informó La Política Online, la administración de Donald Trump mantuvo reuniones con altos mandos militares esta semana, poniendo el foco en la importancia de consolidar la estrategia en la lucha contra el narcotráfico.
La solicitud no responde a necesidades estrictamente militares, sino a la intención de sumar apoyo político regional. Por ello, Estados Unidos realizó pedidos similares a Ecuador y El Salvador, gobernado por Nayib Bukele.
Un militar en actividad confirmó que “una muestra de adherencia política más que militar” fue el objetivo del pedido y aclaró que “en caso de aceptar tendría que pasar por el Congreso”.
Limitaciones de la capacidad militar argentina
El alcance real de la participación argentina se ve restringido por la limitada capacidad bélica de las Fuerzas Armadas. Según un militar consultado:
«Tenemos un barco que está participando en los ejercicios navales UNITAS pero ninguno de nuestros buques está en condiciones de disparar más de dos cañonazos juntos porque se nos desarman, es decir, nosotros capacidad bélica no tenemos».
El mismo informante agregó:
«Se calcula que tenemos municiones para dos horas de combate. Sería como cuando fuimos al Golfo, algo testimonial. Lo que pasa es que eso después te trae consecuencias. Si del lado de Venezuela, se alinean Rusia y China, y vos sos parte de la coalición del enemigo de Venezuela, imaginate las consecuencias. Podemos mandar la Fragata Libertad también pero nada que pueda tirar abajo ni la casita del bañero de una playa venezolana».
Otro militar expresó dudas sobre la factibilidad del despliegue:
«No lo veo muy factible en estos momentos. Tenemos desplegado un Destructor en el operativo UNITAS pero para poder despegar ese Destructor sangramos por todos lados. Para poder preparar un buque, mandarlo y sostenerlo realmente es un esfuerzo en las condiciones en las que estamos bastante grande».
Además, señaló:
«No es factible, primero por las condiciones en las que estamos nosotros y segundo porque eso significaría armar una coalición multinacional al estilo de lo que fue la guerra del Golfo o el bloqueo en Haití en algún momento, en el cual también mandamos dos corbetas, pero eso era bajo mandato de la ONU. Yo no veo que estén dadas condiciones para ningún despliegue de ese tipo multinacional que necesitaría una justificación, una legitimización de algún organismo internacional y no dos países o tres países que se ponen de acuerdo».
Presiones y acuerdos de Estados Unidos
La administración estadounidense también ha condicionado ciertos apoyos financieros, con peticiones que incluyen el acercamiento de Argentina a Kosovo y el endurecimiento de la postura frente a Venezuela, según adelantó LPO.
Maduro respondió mediante una carta en la que destacó el rol de un enviado de La Casa Blanca cercano a Chevron, quien habría perdido influencia frente a Marco Rubio en la definición del vínculo con Caracas.
En paralelo, el presidente Milei autorizó por decreto el ingreso de Fuerzas Navales de Operaciones Especiales del Comando Sur de Estados Unidos, lo que constituye una acción que esquiva al Congreso y cuestiona la Constitución Nacional.
Impacto de la ofensiva estadounidense
El despliegue estadounidense ya mostró acciones concretas: este viernes, Estados Unidos bombardeó una lancha con presuntos narcotraficantes, resultando en la muerte de cuatro personas a bordo. La inclusión de Argentina en futuras operaciones generaría un impacto político y militar significativo en la región, aunque con claras limitaciones operativas y riesgos estratégicos.
La presión de Estados Unidos sobre Argentina busca fortalecer la coalición anti-Maduro, pero la capacidad limitada del país y la necesidad de legitimación internacional marcan el límite de cualquier participación concreta.