Presti asume Defensa y rompe una tradición de 42 años en democracia.
El presidente Javier Milei designó al teniente general Carlos Alberto Presti como nuevo ministro de Defensa, marcando un hecho inédito desde el regreso democrático en 1983: por primera vez, un militar ocupará esa cartera. La información se desprende del registro oficial del Estado y, según informó Noticias Argentinas, el nombramiento implica un cambio simbólico en la conducción de las Fuerzas Armadas bajo la actual administración.
Un militar vuelve a liderar Defensa tras más de cuatro décadas
Desde la presidencia de Raúl Alfonsín, todos los ministros de Defensa fueron civiles, consolidando una política de conducción civil del sector tras la última dictadura militar.
Figuras como Horacio Jaunarena —quien ejerció en varias oportunidades— y Nilda Garré, la primera mujer en ocupar ese cargo, fueron parte de esa línea histórica que ahora queda interrumpida.
La llegada de Presti, actual teniente general con una extensa trayectoria dentro del Ejército, marca el fin de este patrón sostenido durante 42 años.
Un giro simbólico en el contexto político actual
El nombramiento cobra relevancia en medio de la reorganización impulsada por el gobierno de Javier Milei, que busca redefinir el rol y la estructura de las Fuerzas Armadas.
La presencia de un militar al frente del Ministerio de Defensa se interpreta como un movimiento de fuerte carga simbólica en un escenario de debate sobre la seguridad interior, la modernización del sistema de defensa y la recuperación de capacidades estratégicas.
Para la administración libertaria, la designación de Presti representa un apoyo a su experiencia institucional y una señal de confianza hacia la estructura militar para encabezar una etapa de reordenamiento.
Un cambio que reabre discusiones históricas
El regreso de un militar a un cargo político clave inevitablemente reaviva discusiones sobre modelos de defensa, conducción política y el equilibrio entre estructura castrense y conducción civil.
Aunque el Gobierno enmarca la designación como un avance en la profesionalización, analistas advierten que la medida podría generar debates en sectores que defienden el principio de conducción civil como pilar democrático.




