Un informe internacional expone cómo la inteligencia artificial ya iguala —para el oído humano— la calidad de la música compuesta por artistas reales
La irrupción de la inteligencia artificial en la música dejó de ser una tendencia para convertirse en un fenómeno que transforma hábitos, percepciones y formas de creación. Un reciente estudio internacional reveló un dato impactante: la mayoría de los oyentes ya no puede distinguir entre canciones hechas por IA y composiciones humanas.Según Radio3 , los resultados abrieron un fuerte debate en el sector.
Un estudio que marca un antes y un después
La investigación, realizada por la plataforma francesa Deezer, encuestó en octubre a 9.000 personas en diez países. El resultado fue contundente: el 97% de los participantes no logró identificar qué canciones habían sido generadas por IA, incluso frente a temas creados íntegramente por algoritmos.
Para la compañía, este desempeño revela que las nuevas herramientas tecnológicas están alcanzando niveles de sofisticación inesperados, capaces de replicar matices sonoros, arreglos y estilos con sorprendente precisión.
Opiniones divididas ante un escenario en transformación
El informe también profundizó en la percepción pública frente al avance de la IA.
Casi la mitad de los encuestados vio con buenos ojos las posibilidades creativas que abre esta tecnología, valorando la aparición de sonidos novedosos e inéditos.
Sin embargo, un 51% expresó temor a una música más “genérica”, mientras que un 64% advirtió que la creatividad podría verse afectada.
Alexis Lanternier, director general de Deezer, aseguró que “al público le importa saber si escucha una obra humana o generada por IA”, remarcando la necesidad de identificar claramente estos contenidos.
Una convivencia cada vez más frecuente
Deezer informó además que el 34% de las canciones reproducidas actualmente en su plataforma provienen de inteligencia artificial, lo que equivale a alrededor de 40.000 pistas nuevas por día.
Para la industria, esta expansión plantea desafíos regulatorios, culturales y éticos: ¿cómo convivirán ambas expresiones artísticas en un futuro inmediato?
Un desafío abierto para creadores y plataformas
La coexistencia entre música humana y música generada por IA ya es un hecho, y el debate se centra ahora en cómo sostener la originalidad, proteger derechos y definir nuevas reglas de juego. La capacidad de la IA para imitar la creatividad sonora obliga a repensar el rol del artista, del público y de las plataformas digitales.
El estudio expone un panorama en pleno cambio: la música generada por IA dejó de ser una curiosidad experimental para convertirse en parte del consumo cotidiano. El desafío será, para la industria y el público, aprender a convivir con una tecnología que ya logró lo impensado: sonar tan humana como un músico real.




