La aerolínea low cost Flybondi atravesó una semana crítica durante las fiestas de Navidad, con un fuerte impacto en el sistema aerocomercial argentino.
En apenas siete días se registraron 165 vuelos cancelados y más de 31.000 pasajeros afectados en todo el país, en pleno inicio de la temporada alta y con miles de personas viajando por reuniones familiares y turismo.
Cancelaciones masivas en rutas clave del país
Las suspensiones alcanzaron a numerosos destinos turísticos y de conexión estratégica. Entre las rutas más afectadas se mencionaron Puerto Madryn, Bariloche, Ushuaia, Iguazú, Mendoza, Salta, Neuquén y Córdoba, con consecuencias visibles en distintos aeropuertos argentinos. Durante el mismo período, Tucumán volvió a figurar entre las provincias más perjudicadas, con reiteradas cancelaciones en fechas sensibles del calendario.
Reclamos de pasajeros y falta de información
El escenario derivó en una ola de reclamos en redes sociales, donde los pasajeros apuntaron principalmente a la falta de información clara y actualizada. Muchos denunciaron cambios constantes en las reprogramaciones y dificultades para obtener respuestas tanto en mostradores como en los canales digitales de la empresa.
Según #La17, el malestar se profundizó por la ausencia de precisiones en tiempo real, lo que generó confusión y decisiones de último momento para miles de viajeros.
Costos económicos y personales en plena semana festiva
Varios usuarios relataron el impacto económico que implicaron las cancelaciones en Navidad. Algunos debieron adquirir pasajes alternativos a precios mucho más altos para llegar a destino, mientras que otros perdieron reservas de alojamiento o conexiones ya pagadas. En una etapa del año con alta ocupación, conseguir opciones disponibles resultó especialmente complejo.
Hipótesis sobre fallas en la planificación operativa
Desde el sector aerocomercial trascendió que una de las hipótesis vincula la situación a problemas de planificación. La versión que circuló indicó que se habrían programado vuelos sin contar con aeronaves suficientes, una dificultad que se vuelve crítica cuando la demanda es máxima y surgen contingencias técnicas o logísticas. En estos contextos, cualquier desajuste puede desordenar toda la grilla y dificultar la reubicación de pasajeros.
Un efecto acumulativo difícil de revertir
El impacto se amplificó porque las cancelaciones no se concentraron en un solo día, sino que se arrastraron a lo largo de la semana. Esto generó un efecto acumulativo: saturación de vuelos posteriores, largas filas para reprogramar y un margen cada vez menor para reacomodar a quienes quedaron fuera de su itinerario original. En períodos festivos, este tipo de reubicaciones suele ser aún más limitado.
El episodio sumó presión sobre Flybondi en una de las semanas más sensibles del año para el transporte aéreo. Mientras los pasajeros continúan intentando regularizar su situación, el foco del reclamo permanece en la necesidad de mayor previsibilidad, comunicación clara y respuestas concretas ante cancelaciones masivas que alteran planes familiares, laborales y turísticos.




