“Lo venimos planteando hace tiempo: tiene que haber una política de Estado para buscar equilibrio entre la fauna y la producción”, afirmó Osvaldo Luján
“Lo venimos planteando hace tiempo: tiene que haber una política de Estado para buscar equilibrio entre la fauna y la producción”, afirmó Osvaldo Luján, titular de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, en El Quinto Poder por #LA17. El dirigente describió un escenario con más depredación y mayor presión de pastoreo, que impacta en los índices productivos de los campos patagónicos.
Según Luján, las federaciones patagónicas elevaron el tema ante autoridades nacionales y provinciales. “Fuimos a Buenos Aires a charlar con Ambiente y también con la Provincia”, dijo. El objetivo es instalar una mesa estable de trabajo para acordar criterios sobre manejo de fauna silvestre y resguardo de la actividad ganadera.
“Hoy no es solo zorro o puma; hay jabalí en zonas de Santa Cruz donde antes no había”, señaló. El crecimiento de la fauna y la desertificación agravan el cuadro, con competencia por agua y pasturas en áreas sensibles como Península Valdés y otras zonas ovinas.
El dirigente apuntó a compras de campos por fundaciones que, de acuerdo con testimonios de productores, retiran hacienda y “eliminan aguadas y molinos”, lo que empuja a la fauna a buscar agua en establecimientos vecinos en producción. “Es un círculo vicioso que se agrava”, sintetizó, al pedir reglas claras y coordinación entre organismos públicos y privados.
“No se trata de eliminar a la fauna”, advirtió Luján. “El productor usa perros protectores, iluminación disuasoria y hasta burros para cuidar majadas”. Remarcó que no hay caza indiscriminada, sino resguardo de la producción frente a daños reiterados. “Cuando hay superpoblación, ninguna medida alcanza”, añadió, y citó experiencias internacionales de control estatal de especies.
Los números preocupan en los establecimientos chicos. “En Chubut, casi el 85% de los productores tiene no más de 2.000 animales”, indicó. La mortalidad por predación pasó de niveles “normales” del 7–8% a casos de hasta 20%, lo que dificulta la reposición por nacimientos y afecta la viabilidad económica de las majadas.
“La oveja no es solo lana o renta: es arraigo, empleo y gente en el campo”, subrayó Luján. Vinculó la continuidad de la actividad con la soberanía territorial y el mantenimiento de puestos de trabajo en parajes del interior chubutense.
Sobre el rol de las fundaciones, planteó más transparencia y control. “A veces no se sabe de dónde vienen los fondos”, señaló, al mencionar nuevas organizaciones que compran tierras para conservación. Pidió compatibilizar objetivos ambientales con la producción, evitando decisiones que trasladen costos al productor.
Luján cerró con una convocatoria a un acuerdo operativo: “Hay que sentarse en una mesa lógica y razonable: ni proteccionismo al 100% ni producción al 100%”. La meta —insistió— es un manejo que estabilice poblaciones silvestres, proteja la ganadería y ordene intervenciones públicas y privadas. Información extraída de LA17.




